Tarifas y subsidios justos en transporte urbano, propone AMTM

POR BLAS A. BUENDÍA blasalejo@yahoo.com

· Hoy día la ciudad de México, con una suma de 30.7 millones de viajes cada día, tiene el reto de “substituir más de 21 mil unidades, formalizar el sector, tecnificarlo y operar un parque vehicular de 8 mil autobuses”, dijo Ángel Molinero, experto en transporte durante el VII Congreso Internacional “Transporte masivo: motor de desarrollo”

En la Ciudad de México es vital comprender que un proyecto de transporte de alta calidad no puede lograrse si se pretende que un solo actor absorba todos los costos; hacerlo así genera tarifas que la población no puede sufragar, haciéndolo inviable y poco sustentable en el tiempo, expresó Ángel Molinero Molinero, investigador y miembro de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), durante su participación en la FITRANS 2015 que se desarrolla en Bogotá, Colombia.
El experto en transporte público en México destacó que al no existir un compromiso de otros actores, principalmente del Gobierno porque el transporte y la movilidad son y deben verse como derechos humanos, lo que se genera es un fenómeno de tarifas altas, demandas de la población a la baja, ingresos de los operadores del transporte a la baja y empresas insostenibles que sólo se pueden mantener a base de subsidios.
Molinero, quien es director General de la empresa Urbanismo y Sistemas de Transporte (USTRAN), dijo en el VII Congreso “Transporte masivo: motor de desarrollo” que en muchas regiones del mundo (primer mundo) se ha entendido esto, sin embargo, en nuestro contexto, no, lo que ha traído como resultado que “las empresas transportistas privadas ‘pagan el subsidio’, reducen la calidad del servicio y presentan dificultades para renovar su parque vehicular”.
El representante de la AMTM planteó algunas preguntas como, por ejemplo: ¿Es conveniente para la ciudad de México y cualquiera con características parecidas un transporte público de primera que sus usuarios no pueden utilizar porque no lo pueden pagar?; se necesita ¿una tarifa subsidiada o el usuario debe pagar la totalidad de los costos?; y ¿qué queremos: un transporte informal o formal?
Porque explicó Molinero, hoy día en la ciudad de México, con una suma de 30.7 millones de viajes cada día, donde el 73 por ciento de ellos se realiza en transporte público y el 56 por ciento en unidades de baja capacidad (microbuses) y el resto es transporte privado y taxis que generan una gran problemática de movilidad, tenemos el reto de “substituir más de 21 mil unidades, formalizar el sector, tecnificarlo y operar un parque vehicular de 8 mil autobuses”.
Es cosa seria, expresó Molinero, quien participó en investigaciones en la Universidad de Pennsylvania y efectuó prácticas profesionales en los sistemas de transporte de ciudades como Stuttgart, Alemania y Londres, Inglaterra. “Todo esto cuando se está del lado del gobierno, parece fácil, pero cuando se está del lado del transportista, es cosa seria o muy seria y nada fácil”, agregó durante su ponencia.
Ángel Molinero ha sido funcionario público en el sector, labor que le ha permitido integrarse y dirigir a grupos internacionales de trabajo como Sofretu, Sogelerg, London Transport, sólo por mencionar algunos.
Ángel Molinero concluyó durante su ponencia llamada “Sustentabilidad financiera y recursos colaterales” que “el logro de una sustentabilidad financiera será factible si, por ejemplo, se definen la calidad de servicio que se quiere prestar en función de la tarifa que se quiere cobrar, porque sin duda, un transporte de primera necesita tener tarifas de primera”.
Pero, afirmó: “Si el usuario no puede pagarlas, entonces se requiere de subsidios y entonces viene la pregunta: ¿el transporte debe ser sostenible por el usuario o por el estado o por ambos?” Porque, además, expresó, la sustentabilidad financiera depende del riesgo de la demanda, ya que en la planeación los números alegres llevan a proyectos no sustentables”.
Así que, para el experto de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad, “la sustentabilidad financiera debe considerar recursos colaterales, pero también efectos colaterales en la vida y en la creación de ciudad”.

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