Washington, 21 nov (PL) El presidente estadounidense, Barack Obama, afirmó hoy que la seguridad nacional no significa cerrar las fronteras a los refugiados, en alusión a la porfía con la mayoría republicana en el Congreso, opuesta a aceptar nacionales sirios.
Hemos demostrado que podemos acoger a los que huyen de la guerra y garantizar nuestra seguridad nacional, que en ello no hay contradicción, añadió el mandatario este sábado al visitar un centro humanitario en Kuala Lumpur, Malasia, destacó el diario The Washington Post.
El mandatario, que se encuentra en aquella nación para participar en la tercera cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean, por sus siglas en inglés) y Estados Unidos, intenta humanizar el rostro de la crisis desatada por las oleadas de personas que emigran de Medio Oriente.
En este sentido consideró que los menores en el centro, algunos de los cuales escaparon de conflictos en Myanmar, Somalia y Sudán, «son iguales a cualquier niño estadounidense. La idea de que de que debemos tenerles miedo, de que la política de alguna manera nos llevaría a apartar la vista de su situación, no refleja lo mejor de nosotros».
El viaje del jefe de la Casa Blanca por el sudeste asiático ocurre mientras sostiene un tenso enfrentamiento con el Capitolio respecto al reasentamiento de personas que huyen de los conflictos y expansión del fundamentalismo islámico en Siria e Iraq.
La Cámara de Representantes, bajo control republicano, aprobó el jueves por 289 votos a favor y 137 en contra, el proyecto denominado Ley de Seguridad Norteamericana contra Enemigos Externos (SAFE), que intenta endurecer los requisitos de admisión de refugiados sirios e iraquíes.
La medida constituye un desafío a la Casa Blanca, que se comprometió a recibir a unas 10 mil personas de dichas naciones en los próximos seis años.
De convertirse en ley, la iniciativa limitaría la aceptación de nacionales de las naciones levantinas hasta que el director del FBI, el secretario de Seguridad Interior y el director de Inteligencia Nacional certifiquen personalmente que cada individuo en particular no supone una amenaza a la seguridad nacional, proceso que demoraría unos dos años para cada caso.
Obama amenazó con vetar la legislación si la aprueba el Senado y llega a su despacho, porque resulta «insostenible», no proporcionaría seguridad adicional para el pueblo estadounidense, y solo crearía retrasos y obstáculos significativos para las personas que huyen del conflicto en el Medio Oriente.
Un editorial del diario The New York Times señaló que la propuesta SAFE constituye un acto de xenofobia, tiene matices electorales, y quienes conocen sobre el tema, en particular los profesionales de las agencias de espionaje e inmigración, aseguran que no protegerá a los estadounidenses de los adversarios foráneos.
Los atentados terroristas del 13 de noviembre en París reavivaron el debate en Estados Unidos sobre la efectividad de la campaña de la Casa Blanca contra los fundamentalistas en Medio Oriente y estimularon a sectores ultraderechistas que se oponen a la aceptación de refugiados de la región.