Nissan y General Motors, automóviles de extremo peligro

Más del 90% de los propietarios desconoce que sus vehículos son de alto riesgo; los accidentes vehiculares son la principal causa de muerte en niños y niñas entre 5 y 14 años de edad y la segunda causa de orfandad en nuestro país; el 93% de los encuestados están de acuerdo en que el gobierno exija a la industria automotriz que implemente las mejores tecnologías en seguridad en todos los autos nuevos

La vanidad tiene consecuencias que el mismo orgullo de las personas las conlleva a chocar con la obsesión de sus arrebatos, y aunado al alto poder motorizado que ofrece la industria del ramo, cada individuo tiene una corresponsabilidad histórica , ya que la tasa de mortandad en México crezca día a día, semana tras semana, mes por mes y hasta años.

Dice un dicho mexicano: “Úsese y tírese”, por lo que en la primera Encuesta Nacional en Seguridad Vehicular, mostró que en territorio mexicano la mayoría de propietarios consideran equivocadamente que “sus vehículos son seguros”, a pesar de que no cumplen con los mínimos estándares de seguridad y podrían causarles la muerte o daños de por vida a ellos y a miembros de sus familia en colisiones a tan solamente 64 kilómetros por hora.

Lo cierto que la sociedad se deja ir más por el llamativo lujo que por su propia seguridad, y es que igualmente, la aparatosidad de los accidentes es tal, que las láminas de los autos nuevos son prácticamente de papel, o bien de los casos, asemejan los botes que  bebidas refresqueras o cerveceras, que con el simple hecho de apretarlas con una mano, se hacen añicos.

Ahora bien, imaginemos un auto nuevecito con esas características es colisionado a 64 KPH, “seguro que muertito habrá”, por lo que para Stephan Brodziak, investigador en seguridad vehicular de El Poder del Consumidor (EPC), al presentar meticuloso estudio en la materia, reveló que es “la ignorancia de los propietarios de automóviles sobre la seguridad de sus vehículos y los sistemas que deben presentar para garantizar la protección mínima del conductor y sus pasajeros.

“Es una  de las razones que explica que en México no se cuente con estándares de seguridad para los vehículos nuevos que entran al mercado y, explica en parte, que los accidentes vehiculares sean la principal causa de muerte en niños y niñas entre 5 y 14 años de edad y la segunda causa de orfandad en nuestro país.

“La propia Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)  en sus Estadísticas sobre Salud México 2014, dice que en México la esperanza de vida se ha visto afectada por tres causas principales: la obesidad y diabetes, los homicidios  y ´las muy altas tasas de mortalidad por accidentes de tráfico’. Además hay que señalar que los accidentes viales le cuestan al país alrededor de 1.7% del PIB”.

A la ignorancia de los propietarios de automóviles sobre la seguridad de los vehículos y sus componentes se suma la falsa idea de poseer un auto seguro. Una ignorancia que ha sido mantenida por la industria automotriz y la falta de regulación por parte del gobierno mexicano para que los autos nuevos cumplan con los estándares de seguridad recomendados por Naciones Unidas.

 

Condiciones de seguridad  

 

De acuerdo a las pruebas de choque realizadas por Latin NCAP, organismo encargado de evaluar la seguridad de los autos que se comercializan en América Latina y avalada por la ONU,  el Tsuru de Nissan (cuarto lugar en ventas en México), no cumple con los mínimos estándares de seguridad, calificado con cero estrellas, lo que significa que el conductor y los pasajeros podrían morir o quedar con daños de por vida en un choque a 64 kilómetros por hora.

El 79% de los encuestados, dueños de este vehículo, consideran que su  auto es “seguro!” (…) El 94% de ellos afirmó conocer los elementos de seguridad con que cuenta el vehículo; 83%  asegura que su auto cuenta con una estructura estable; el 94%  tiene la falsa creencia de que su  auto tiene cinturones de seguridad de 3 puntos en cada plaza; y el 78%  piensa que su auto cuenta con Sistema Electrónico de Estabilidad (ESC)[2]. Sin embargo, el Tsuru no cuenta con ninguno de estos sistemas.

En tanto, el Aveo de General Motors, número uno en ventas en México, también ha sido reprobado con cero estrellas en las pruebas de choque de Latin NCAP. Sin embargo, el 96% de los poseedores de un  Aveo considera que su vehículo es seguro y el 73% afirma que cuenta con ESC, cuando  esta tecnología no se encuentra disponible en ninguna de las versiones de este modelo.

De acuerdo a la Encuesta, sólo el 8% de las personas  al comprar su vehículo preguntaron sobre los requerimientos de seguridad, en cambio la mayoría aceptó que le interesó más conocer otros detalles como el estilo, el equipamiento o la comodidad.

Al respecto el investigador en seguridad vehicular de EPC, afirmó: “Esto habla de la ignorancia de los consumidores mexicanos, ya que les preocupan elementos que son prescindibles, en lugar de preguntar por aquellos que les darían seguridad a ellos y sus familias”.

Stephan Brodziak, resaltó que la preocupación de los consumidores por la seguridad de los vehículos aumentó radicalmente cuando  recibieron información  de las tecnologías de seguridad.

La Encuesta Nacional demostró que una vez que los entrevistados fueron informados acerca de las pruebas de choque que realiza Latin NCAP, el 98% afirmó que sería importante conocer el desempeño del vehículo en las pruebas de choque.

En el mismo sentido el 93% de los encuestados están de acuerdo en que el gobierno exija a la industria que implemente las mejores tecnologías en seguridad en todos los autos nuevos que se vendan en el país.

Los resultados de la Encuesta demuestran  que los consumidores están dispuestos a pagar más con tal de tener un auto más seguro.

El 88% de los entrevistados opinó que preferirían un vehículo más caro pero con todas las medidas de seguridad. Asimismo los consumidores, después de conocer cómo funcionan los frenos ABS, el ESC, los cinturones de 3 puntos y las bolsas de aire, el 99%  afirmaron que estos elementos serían muy importantes en la adquisición de su próximo vehículo. Cifra totalmente contrastante, cuando al principio de la entrevista sólo el 8% consideró la seguridad como el primer elemento a tomar en cuenta  en la compra de un vehículo.

En la actualidad, ningún vehículo está obligado a tener tecnologías de seguridad  como ABS, ESC, bolsas de aire o a pasar pruebas de choque frontal o lateral, que confirmen que cuentan con una estructura estable en caso de impacto.

Estas tecnologías avanzadas de seguridad, sólo  son integradas en vehículos de lujo o en la versión más equipada de algunos de los autos más “accesibles”. Lo que posibilita a la industria incrementar de manera artificial el precio a los consumidores y multiplicar las ganancias por tecnologías cuyo costo real no está reflejado en el precio al consumidor.

Como ejemplo de lo anterior, la versión básica del Aveo tiene un precio aproximado de $150,000 pesos y la versión equipada con 2 bolsas de aire y frenos ABS es de $195,000 pesos.

La diferencia -$45,000 pesos- no corresponde al costo de las tecnologías con que innova en la segunda versión, ya que un precio conservador de los ABS es de $250 USD y $50 USD cada bolsa de aire. Por lo que sumados, se estaría hablando de un incremento conservador de $350 USD. Estas tecnologías no están integradas desde la versión básica, si se contara con ellas el precio del vehículo aumentaría como máximo $6,000 pesos.

Otro ejemplo de la diferencia del costo artificial de la seguridad es la versión de lujo del VW Jetta, el GLI, cuyo costo asciende a más de $400,000 pesos. La diferencia entre esta versión de lujo y la versión básica es de $200,000 pesos. Volkswagen no incluye el ESC desde su versión básica lo que reduciría en 80% situaciones de riesgo. Brodziak concluyó: “Esta práctica de la industria automotriz ha convertido la seguridad de los automóviles y la protección de la vida en un lujo para los consumidores”.

El Poder del Consumidor  hizo un atento llamado al gobierno para que  obligue a la industria automotriz a alinearse  con los estándares de seguridad sugeridos por la ONU. Estándares obligatorios en la Unión Europea, EEUU, Canadá, Australia, Ecuador, Brasil y estándares similares en Argentina. Asimismo, EPC pidió que el período de gracia otorgado a la industria para integrar estas especificaciones propuesto en la NOM-194, sea reducido de 4 a 2 años a partir de su publicación.

La paradoja del caso es que la industria automotriz mexicana, el consumo interno no obedece a los estándares de seguridad en los automóviles que exporta al mundo, es decir, envía calidad y cantidad, pero lo que es en el factor interno, deja mucho que desear ya que en lugar de que el gobierno federal vele por el bienestar de millones de mexicanos , entra a una sospechosa competencia desleal y un fuerte conflicto de intereses que redunda en una incontrolable espiral de impunidad y corrupción.

Como parte de su campaña por la seguridad vehicular El Poder del Consumidor lanzó el video “El Estudio de Sofía-Huérfanos o Normas de Seguridadhttps://youtu.be/ZvkYUjFE4w8, mismo que hace una exacta apología sobre el particular.

Por Blas A. Buendía

 

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