Reino Unido, el euroescéptico conservador

Por Antonio Rondón*

La Habana, (PL) Reino Unido concluye 2015 con la amenaza de un referendo movido por los aires euroescépticos en el país, ante el temor de la Unión Europea (UE) del inicio deL fin del bloque comunitario con la salida de uno de sus fundadores.
Las elecciones generales del 7 de mayo de 2015, aunque permitieron a los conservadores mantenerse en el poder con mayoría, mostraron, al mismo tiempo, un cierto desgaste de las medidas de ajuste aplicadas desde mayo de 2010 por el primer ministro David Cameron.
El gobierno de conservadores y liberal-demócratas puso en práctica regulaciones que aunque desde el punto de vista macroeconómico significaron avances en algunas esferas, estuvieron lejos de reducir los verdaderos abismos sociales existentes en el país.
Mientras el ejecutivo conservador se refería a los avances económicos, el Instituto de Estudios de Condiciones Mínimas de vida aseguraba que unos seis millones de trabajadores del país viven con salarios por debajo del límite promedio de supervivencia nacional.
Tales casos deberían reducirse con la baja del desempleo. Pero el citado centro de estudios señala que en la misma fecha, de 2013 a 2015, la cifra de trabajos precarios o empleos con horario limitado (partjobs) creció de igual forma en ese lapso.
En ese caso, sería justo afirmar que la pérdida de casi siete por ciento del electorado esta en correspondencia con un voto de castigo de la población.
Tampoco la fórmula en el poder de conservadores y liberal-demócratas fue vista con buenas perspectivas, tras la pérdida por los liberales de una buena parte de su electorado, mucho antes de la cita en las urnas, al asumir posiciones cercanas a los conservadores.
Tanto los liberal-demócratas como la oposición laborista estuvieron cercanas en sus planteamientos a las políticas de derecha, mientras gran parte del electorado laborista consideró más acertada la plataforma antiajustes de los nacionalistas escoceses.
El Partido Nacional Escocés (SNP), aunque obtuvo apenas más del 23 por ciento del total de votos en las generales, fue el que más avances registró en la Cámara de los Comunes, donde ocupó 56 de las 59 plazas disputadas para Escocia.
Los laboristas, que muchas encuestas daban como claros favoritos ante los conservadores a principios de año, perdieron más de 50 asientos y ahora deben cohabitar con el SNP en el legislativo nacional.
El retroceso registrado por los conservadores, sin llegar a impedirle sus planes de mantener la mayoría, fue una advertencia para los políticos británicos, en especial para los laboristas.
Así, en las primarias de agosto y septiembre de este año el representante del ala de izquierda del laborismo Jeremy Corbyn fue el más votado en las primarias laboristas, realizadas después de conformado el gabinete de centroderecha.
Corbyn volvió a hablar de defensa del sisma social, en lugar de ahorro de gastos, de más ayuda social y hasta de nacionalizaciones, contrario a las privatizaciones ejecutadas por Cameron.
Pero mientras se daban los primeros resultados de los comicios generales, los británicos asistían a otra convocatoria, o mejor dicho, al cumplimiento de las promesas conservadoras de realizar un referendo a mediados de 2017 sobre la permanencia o salida de la UE.
De hecho, el equipo de Cameron aclaró que defenderían un SI en el referendo sobre la salida o permanencia británica en la UE, si fracasaban las negociaciones con el bloque comunitario para aplicar reformas que incluyan la repatriación de prerrogativas nacionales a favor de Londres.
Ello incluye la esfera jurídica y la de inmigración. Londres demanda, sobre todo, libertad jurídica para decidir en los casos de ingreso de foráneos comunitarios a Reino Unido.
La UE afirma que será difícil introducir cambios en los principios de libre circulación de capital, servicios, trabajadores, mercancías y ciudadanos dentro del bloque.
El euroescepticismo arraigó aún más entre los británicos con la agudización de la crisis de los inmigrantes en Europa, a donde se espera la llegada de más de un millón de ellos en 2015.
Aunque Reino Unido acoge a una parte muy reducida de los refugiados procedentes del norte de África y países en conflicto como Siria, Iraq y Afganistán, el arribo de foráneos (una diferencia neta de 300 mil en 2014) de estados comunitarios, sirve para animar posiciones antiinmigrantes.
De hecho, Londres, antes que otras capitales europeas, inicio las restricciones para ofrecer los servicios de seguridad social, educación y salud para los foráneos, con el fin de desestimular su llegada al país.
EL BUMERAN
Reino Unido está entre los responsables del efecto bumerán que significó la proliferación de la inmigración a Europa desde países en guerra, en los que tuvieron mucho que ver las acciones externas de potencias occidentales.
El gobierno conservador encontró el rechazo laborista a su demanda de permitir la participación de la aviación británica en los ataques contra el movimiento terrorista Estado Islámico (EI) en Siria, de una autorización emitida en 2014 para hacerlo en Iraq.
Las acciones de Cameron en Siria, que insiste en brindar apoyo a una supuesta oposición moderada, mantienen el objetivo de sacar del poder al legítimo presidente sirio, Bashar Al Assad.
Reino Unido se une a los esfuerzos de otras potencias occidentales de crear zonas de prohibición de vuelos, en especial después de la entrada en acción de Rusia en Siria.
A petición de Damasco, la aviación rusa inició sus ataques el 30 de septiembre de este año contra el EI, y en poco más de un mes de actuación destruyó una gran parte de su capacidad combativa e infraestructura bélica.
Ello se diferenció de los resultados de la campaña de más de un año contra el EI porla coalición internacional dirigida por Estados Unidos, en un lapso en el que ese grupo terrorista ocupó casi la mitad del suelo sirio.
Lo cierto es que 2015 concluye con un Reino Unido que solo causa preocupaciones en la UE con sus intenciones de referendo sobre la permanencia en ese bloque, mientras el Gobierno insiste en su política de interferir en los asuntos de Siria.
*Jefe de la Redacción Europa de Prensa Latina

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