París, 7 dic (PL) En caso de un hipotético duelo entre la derecha y la ultraderecha durante la segunda vuelta de las elecciones regionales, la mayoría de los franceses votarían por la primera opción, mostró hoy un sondeo.
El 59 por ciento se inclinaría por la alianza entre el partido conservador Los Republicanos y la Unión de Demócratas e Independientes (UDI), mientras que el 41 por ciento lo haría por el extremista Frente Nacional (FN), según una encuesta Odoxa realizada para algunos medios locales de prensa.
El Frente lideró ayer la primera ronda al obtener el 28 por ciento de los votos, acorde con las estimaciones divulgadas por el Ministerio del Interior.
Los Republicanos y su alianza con UDI acaparó el 27 por ciento de los sufragios, al tiempo que el gubernamental Partido Socialista (PS) quedó en tercera posición con 23,5 por ciento.
La formación Europa Ecología los Verdes logró 6,50 puntos y el Frente de Izquierdas 4,10. La abstención estuvo en torno al 49 por ciento.
El resultado estivo en línea con la mayoría de los sondeos divulgados en días recientes, los cuales favorecían en la intención de votos al FN en estos comicios, los últimos a nivel nacional antes de las presidenciales de 2017.
El Frente se ubicó a la cabeza en seis regiones, de las 13 en las que quedará dividida el país desde el 1 de enero de 2016, en virtud de la nueva reforma territorial.
A la segunda vuelta, que se celebrará el próximo domingo, pueden presentarse todos los partidos que obtuvieron al menos diez por ciento de los sufragios en la primera.
Algunas voces abogan por la creación de Frentes Republicanos en cada región, es decir, la fusión de las listas de la llamada izquierda en este país y la derecha con el fin de impedir la victoria de la formación extremista. Sin embargo, Nicolás Sarkozy, líder de Los Republicanos, se mostró reacio a esa opción.
El primer secretario del PS, Jean Christophe Cambadélis, anunció que se retirarán de la segunda vuelta en aquellas regiones donde no tengan posibilidades de ganar.
Las elecciones se desarrollan en un ambiente particular, a poco más de tres semanas de los atentados en esta capital y en un contexto marcado por el estado de emergencia decretado desde entonces.
Sin bien la popularidad del jefe de Estado francés, François Hollande, escaló tras los ataques del 13 de noviembre último, persiste el descontento entre la población con relación a la gestión ante problemas domésticos como el desempleo.
Favorecida la derecha francesa en hipotético duelo con ultraderecha
