Beijing, 9 dic (PL) Esta capital amaneció hoy nuevamente gris por un denso esmog, lo que obliga a las autoridades chinas a mantener la alerta roja emitida por contaminación, el nivel más grave en la escala de advertencias medioambientales.
Este miércoles la densidad media de partículas PM2.5 excedía los 300 microgramos por metro cúbico en las áreas del centro urbano.
Ante esa situación, que se mantiene desde el lunes, el gobierno local retiró de las calles de esta urbe unos dos millones de vehículos privados gracias al plan de respuesta de emergencia puesto en marcha ante la imperante neblina grisácea.
Siguiendo la alerta, guarderías, escuelas primarias y secundarias y algunas instituciones suspendieron sus labores mientras se interrumpieron también las construcciones en los lugares al aire libre.
Igualmente las grandes fábricas se han visto forzadas a cesar su funcionamiento así como varias secciones de su red viaria a fin de reducir el tráfico.
La prohibición de tráfico, basada en los números de matrícula pares-impares, sacará de las calles al menos dos millones de vehículos privados. Además, el 30 por ciento de los automóviles gubernamentales están sujetos a limitación de desplazamiento.
Esta es la primera vez desde el 2013 que Beijing emite la alerta roja, y está prevista que se mantenga hasta mañana, cuando debe entrar en la tarde un frente frío y dispersar el peligroso esmog.
China cuenta con un sistema de alerta de cuatro colores para advertencias ambientales en el que el color rojo es el más severo, precedido del naranja, amarillo y azul.