Bogotá, 9 dic (PL) El jefe del Comando Central del ELN, Antonio García, reiteró hoy que ese movimiento insurgente apuesta a la paz y está unido en torno a la búsqueda de ese escenario de distensión mediante el diálogo con el Gobierno colombiano.
La comandancia del Ejército de Liberación Nacional (ELN) acoge con unanimidad el trabajo de nuestra delegación en los acercamientos con representantes gubernamentales, existe un consenso total para continuar con las gestiones por una solución negociada al conflicto interno, aseguró el líder guerrillero en declaraciones al diario El Espectador.
Al referirse a la lentitud para comenzar pláticas oficiales, García argumentó que los voceros del Ejecutivo estuvieron ausentes durante 15 meses en el transcurso de los tres años de conciliaciones para definir un cronograma y una agenda de cara a las venideras conversaciones.
Estamos abiertos a tratar cualquier tema en la mesa de concertación, entre ellos el de las armas, afirmó el comandante del ELN en una entrevista realizada dentro del departamento de Arauca.
Desde 2012 equipos del Gobierno y de las también insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) dialogan en Cuba con la finalidad de encontrar una solución civilizada a la confrontación bélica, en tanto los encuentros con el ELN se limitaron hasta ahora a aproximaciones exploratorias.
No somos victimarios y estamos listos para demostrarlo, subrayó García tras manifestar que los combatientes de ese grupo tienen disposición para examinar cualquier señalamiento proveniente de la comunidad de víctimas.
Políticos, analistas y defensores de derechos humanos coinciden en la necesidad de incluir en los esfuerzos pacificadores al ELN para poner término a la larga conflagración, ante el evidente retardo de ese proceso en comparación con los avances de los diálogos con las FARC-EP.
Como resultado de los encuentros en La Habana ambas delegaciones lograron acuerdos en los temas de reforma rural integral, participación política y combate a las drogas ilícitas, además de rubricar un pacto para la búsqueda de desaparecidos en el contexto de la contienda y otro encaminado a desminar progresivamente el país.
Resta definir los términos del cese el fuego bilateral, la dejación de las armas, desmovilización y reintegración a la sociedad de la insurgencia, así como cerrar el punto de víctimas en el acápite de justicia transicional, mecanismo el cual prevé investigar, juzgar y sancionar a actores de la guerra.