La Habana, (PL).- El británico Lewis Hamilton y el alemán Nico Rosberg, monarca y subtitular del Mundial de Fórmula Uno-2015, resultaron los grandes rivales de una campaña en la que reclamaron para sí el mayor protagonismo.
Si en el Mundial-2014, ambos hombres fuertes de la escudería alemana Mercedes -nuevamente campeona entre las casas constructoras-, evidenciaron ser los más ganadores del circuito, este año demostraron un dominio total y apabullante sobre el resto de los pilotos concursantes.
Tanto fue así el desempeño de ambos que dejaron en un segundo plano la faena rendida por el también alemán Sebastian Vettel, multicampeón del orbe, ahora con la firma italiana Ferrari y la incertidumbre del desempeño del español Fernando Alonso, en su primer año con la casa constructora Mac Laren.
Negar el gran dominio de las Flechas de Plata sería negar que la Mercedes es por mucho la mejor de las escudería presentes. A su título de reina, sumó el de Hamilton, su tercero en la Fórmula Uno, y el segundo puesto de Rosberg, en una actuación similar a la del 2014.
Y ese dominio se mostró en la pista: de los 19 Grandes Premios de la temporada, la Mercedes se repartió 16 (10 de Hamilton y seis de Rosberg) y los tres restantes los conquistó Vettel.
Después del certamen de los Estados Unidos, que le dio el trono adelantado a Hamilton, Rosberg encontró el «método» de vencer a su compañero de parrilla al punto que en los últimos tres eventos en México, Brasil y Abu Dhabi (Yas Marina) se apoderó del primer peldaño del estrado de premiaciones.
Fue sin duda, una nueva proyección de Rosberg que eleva su moral para la siguiente temporada, y para Hamilton un jarro de agua fría, porque pese a que disfrutaba ya de su corona mundial no pudo ganar nuevamente.
Finalmente, el campeón del 2015 finalizó la campaña con 381 puntos, Rosberg (322) y Vettel (278).
Entre los pilotos latinoamericanos, el brasileño Felipe Massa (Williams) ocupó la sexta posición (121); el mexicano Sergio «Checo» Pérez, despidió su mejor temporada hasta ahora: quinto en Yas Marina y noveno en el campeonato de pilotos (78).
Y con 27 unidades per cápita terminaron en los puestos 13 y 14 del Mundial 2015, el brasileño Felipe Nasr (Sauber) y el venezolano Pastor Maldonado (Lotus), respectivamente.
NUEVAS SENSACIONES Y ALGUNAS PEQUEÑAS COSAS PARA EL 2016
El inicio de la temporada, que contará con 21 carreras -nuevo récord para la Fórmula Uno-, será el 20 de marzo, y no el 3 de abril como se tenía previsto. Quince más tarde que las temporadas anteriores.
Regresa al Mundial el Gran Premio de Europa, después de 3 temporadas de ausencia, y se correrá en el Circuito Callejero de Bakú, Azerbaiyán
Igualmente formará parte de su programa, el Gran Premio de Alemania, después de ausentarse la temporada anterior, para disputarse en el circuito de Hockenheimring.
Sin embargo, parejo a esa fiesta por los regresos y a la amplitud del calendario competitivo, los organizadores de la Fórmula Uno, entre ellos su director ejecutivo, el británico Bernie Ecclestone, tendrán que hacer frente a algunos problemas que va dejando sobre el tintero la prueba reina del automovilismo en el mundo.
La falta de emoción, la caída de las audiencias, los circuitos lejos de Europa así como el pago de los pilotos, entre otros temas golpean como gotas de agua en el rostro de la Fórmula Uno, víctima se sus propios esquematismos.
Los ciclos se suceden en este certamen de la velocidad sobre ruedas. Ahora domina la escudería Mercedes, como antes lo hizo Red Bull o más atrás Ferrari. Sin embargo, no se consigue una competencia real en tramos cortos, de un año para otro. Al revés, las distancias se suelen ampliar y como sucede ahora con Mercedes, los pronósticos advierten de una hegemonía aún mayor en 2016.
El aburrimiento que ahora premia a las carreras depende del margen que separa a un equipo de los otros. En 2010 y 2012, el español Alonso luchó hasta la última carrera contra el Red Bull de Vettel. Había pelea. Ahora no. El resultado de cada carrera se puede conocer sin duda. Hamilton o Rosberg, uno de los dos gana seguro.
En estos momentos la Fórmula Uno es un producto que se paga por ver en la televisión. Es cierto que son más horas de trasmisión, pero de alcance más limitado para el público.
Según datos de los organizadores en 2014 las audiencias bajaron un 5,6 por ciento en todo el mundo (25 millones menos de espectadores) y esto preocupa a Ecclestone y su equipo ejecutivo.
Europa ya no es el refugio de la competición de alta velocidad que se expone a economías dispuestas a poner sobre la mesa cerca de 20 millones de euros por albergar un gran premio del calendario, una cifra que seduce y obliga.
Esperemos entonces al final del Mundial-2016 para saber si esta bola de nieve cuesta abajo finalmente pudo ser aguantada por Ecclestone y su equipo.