Lo barato a la larga sale caro

Guillermo Robles Ramírez
Por Guillermo Robles Ramírez

Un problema de salud que ya forma parte de la agenda de la política es la incidencia de pacientes con problemas de cualquiera de los dos casos de diabetes mellitus.

En el Estado de Coahuila, lo ubica como uno de los casos en materia de salud pública más preocupante, al permanecer por encima de la tasa nacional la presencia de esa enfermedad tanto en adultos como en jóvenes.

La deficiencia para generar glucosa y permitir el buen funcionamiento del organismo ha provocado incluso situaciones más complicadas como son las amputaciones, ceguera, problemas cardiovasculares y renales, causada a falta de una cultura para la detección oportuna del popularmente conocido como “azúcar”, que en muchos casos no son posible evitar por lo que se ha convertido en la tercera causa de muerte en la Entidad, y particularmente en el norte de Coahuila.

La entidad se ubica entre las primeros diez del país que registran el mayor número de casos detectados, así como en tasa de mortalidad.

El problema se vuelve aún más crítico en el caso de la población femenina entre mujeres con edades de 24 a los 44 años y de 45 a los 64 años de edad, respectivamente.

En los dos casos que existen de diabetes hay variables que coinciden entre los pacientes al no tener hábitos alimenticios adecuados y en los cuales se evite el abuso en el consumo de harinas, grasas y refrescos, pero aun así se decía “uno es lo que come”, aunque en la actualidad ese dicho ha cambiado por el crecimiento de la población mundial en la cual la demanda de alimentos es mayor a la que se produce por tal motivo el hombre ha hecho uso de sus mayores conocimientos para alterar los alimentos y poder cubrir con tal demanda, es decir, que más del 80 por ciento de los alimentos están hechos a base de harinas, alimentos transgénicos y a la falta de nutrientes de la tierra y el abuso exagerado de pesticidas todos los alimentos se encuentran con pocos nutrientes. Aunado a la falta de la promoción o cultura del ejercicio estamos a la merced del problema de padecer algunas enfermedades de diabetes.

De acuerdo a médicos de los municipios del norte de Coahuila consideran que uno de los sectores más vulnerables es la población joven siendo difícil de controlar su desarrollo debido a que son los pacientes que no se enteran de su problema de salud hasta que se encuentran en un estado hiperosmolar, que en palabras cristianas significa el aumento de la cantidad de azúcar en relación a la cantidad de líquido que hay en el cuerpo.

Y es que el consumo de comida chatarra y la injerencia de refrescos, lo cual ocupa el primer lugar a nivel mundial en cuanto a consumo de un popular refresco cuyo colores utilizan rojo y blanco, teniendo acaparado el mercado mundial por su impresionante mercadotecnia y eslogan famosos como: “Destapa la felicidad”, “Moverse es felicidad…Felicidad es moverse” entre otros más, llegan a más de dos litros diarios por habitantes entre la juventud; impide el buen funcionamiento del organismo y la prevalencia de personas obesas en la región y el estado.

Aunado a ello al menos uno de los miembros de la familia padecen ésta enfermedad, con lo cual se duplica o triplica las posibilidades de que los descendientes presenten los síntomas de la diabetes a temprana edad.

La incidencia de la enfermedad ha alcanzado niveles de preocupación para el sector salud al registrarse nuevos casos semanalmente.

Aunque en las dependencias del sector salud han reforzado las medidas preventivas y de detección de la diabetes que se hace en la mayoría de los casos de forma gratuita en cualquier hospital y centro de salud estatal, los resultados no llegarán hasta que la visita al médico se vuelva costumbre entre la población.

La cultura del consumismo y mercadotecnia que mantienen los grandes corporativos refresqueros resulta en apariencia más fuerte que la cultura y esfuerzo que hace las autoridades de salud. Aunado a una competencia desleal ante la economía de los mexicanos en la cual ya se considera el refresco como parte de la canasta básica pues resulta más barato comprar una botella de cola que uno de agua.

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