Moscú, 7 ene (PL) Tras recientes golpes coheteriles contra el autodenominado Estado Islámico (EI) en Siria desde miles de Kilómetros, Washington y la OTAN no albergan dudas hoy sobre el potencial militar anunciado por Rusia en su Estrategia de Defensa.
Las Fuerzas Aeroespaciales rusas (incluida la Aviación Estratégica) mostraron la eficacia de misiles guiados de alta precisión con alcance de mil 500 kilómetros (Kalibr) disparados desde submarinos y buques de superficie, y otros lanzados por aviones estratégicos capaces de destruir blancos a cinco mil kilómetros.
Por indicaciones del presidente Vladimir Putin ante la permanente expansión de la OTAN hacia las proximidades de Rusia y el despliegue del escudo antimisiles de Estados Unidos en Europa, entre diciembre de 2014 y del año recién concluido, Moscú actualizó su Estrategia de Defensa y las Doctrinas Naval y de Seguridad.
Respaldado por un decreto del mandatario, el documento señala como otros peligros para la seguridad del estado euroasiático el despliegue de efectivos de la OTAN con arsenales de alta precisión en las proximidades de sus fronteras, según el periódico oficial Rossiskaya Gazeta.
Al abordar esta temática, Putin advirtió que la situación en torno a Rusia no es simple, porque Washington está emplazando un sistema antimisiles escalonado y aumenta las operaciones de la OTAN en toda Europa, y en particular en el Este del Continente.
El documento publicado por Rossiskaya Gazeta refleja el carácter estrictamente defensivo de la Estrategia en su referencia a cómo contrarrestar las amenazas cuando orienta «el uso de la Fuerza militar sólo después del agotamiento de todas las medidas no violentas».
Sin embargo, los principios del uso combativo de las Fuerzas Armadas y especialmente del arsenal atómico en caso de agresión contra Moscú o sus aliados permanecen invariables, pero ahora añaden la noción de «disuasión no nuclear».
Este último concepto implica un alto grado de disposición combativa de las tropas de propósito general para estar en capacidad de prevenir incidentes castrenses sin necesidad de utilizar el arma atómica, lo cual se garantiza con permanentes inspecciones y órdenes sorpresivas de maniobras.
Pese a las dificultades económicas, en el terreno castrense, el Kremlin demostró recientemente de manera práctica que el contenido de su Estrategia Militar no es sólo teoría.
La incorporación de avanzados radares, un sistema de guerra electrónica y el equipamiento con motores del tipo NK-32 incrementan significativamente el potencial del bombardero supersónico estratégico ruso Tu-160, según publicaron medios periodísticos.
De 275 toneladas de peso en despegue, este avión vuela a velocidad de dos mil 400 kilómetros por hora con su carga útil de hasta 40 toneladas, informó la televisora global RT, y actualmente incluye en su arsenal bombas de caída libre o guiadas de diverso calibre (incluidas ojivas nucleares), misiles estratégicos de crucero X-55 o aerobalísticos X-15.
Subraya la literatura rusa especializada que con su carga máxima de combate, esta fortaleza posee una autonomía de vuelo de 10 mil kilómetros, mientras que con la reducida esa distancia oscila entre los 14 mil y 16 mil kilómetros.
Otro ejemplo del potencial defensivo ruso fueron los disparos de prueba exitosos de cohetes balísticos intercontinentales, capaces de destruir blancos previstos a miles de kilómetros en el polígono de Kura, en Kamchatka.
La Doctrina Naval actualizada, comenta el diario oficial, encomienda por primera vez a las Fuerzas Armadas la misión de garantizar los intereses nacionales de Rusia como potencia naval global, y refuerza la defensa del Ártico.
En el último día de 2015, el presidente Putin promulgó el decreto sobre la nueva Estrategia de Seguridad Nacional que defiende los intereses de Rusia, confirmó una nota publicada en el Portal de Información Jurídica.
Según el escrito, Moscú podrá utilizar la fuerza militar para defender sus intereses en caso de que las medidas de carácter pacífico resulten ineficientes.
El texto rubricado por Putin señala como las amenazas principales a la seguridad estatal y pública de Rusia las actividades de los servicios de inteligencia extranjeros, organizaciones y personas que pueden dañar los intereses nacionales.
Incluye cualquier acción capaz de inspirar «revoluciones de colores» e inestabilidad en el estado eurasiático, así como las actividades de organizaciones radicales y grupos partidarios de la ideología nacionalista y el extremismo religioso.
Un informe del Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz (Sipri) publicado en la última semana de 2015, confirmó que Rusia fue el segundo exportador mundial de armamentos en este lapso, después de Estados Unidos, con ventas valoradas en 15 mil 200 millones de dólares y con una cartera de pedidos superior a los 55 mil millones de esa moneda.
Siemon Wezeman, experto de esa institución, explicó que el Kremlin utiliza este tipo de exportación como una vía para obtener recursos a fin de modernizar su industria, y cuanto más vende en el exterior, más puede invertir en su desarrollo industrial.
Esta es la base económica que permite a Moscú implementar, incluso en tiempos de una crisis económica agudizada por las sanciones de Estados Unidos y sus aliados, su Estrategia de Defensa y Doctrinas Naval y de Seguridad.
Ante amenazas de OTAN, Rusia blinda estrategia defensiva
Por Jorge Petinaud