África 2016: Alborada sin Ébola
La Habana (PL) Hace cerca de dos años parecía un sortilegio la noticia de que el mundo vencería a mediano plazo la epidemia de Fiebre Hemorrágica Ébola, (FHE), hoy la grata nueva sorprende en el alba de 2016.
A fines de diciembre pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a Guinea país libre de FHE, 42 días después de que los casos más recientes de esa enfermedad recibieran una segunda prueba negativa consecutiva para descartar la presencia del letal virus.
De esa manera se puso fin en África occidental a un flagelo que causó en 765 días unos 29 mil contagios a seres humanos, de los cuales fallecieron más 11 mil 300 personas, según cifras oficiales.
Con anterioridad, Liberia y Sierra Leona se declararon libres del virus y actualmente pasan por la fase de 90 días de vigilancia intensa, conteo regresivo iniciado el 28 de diciembre anterior por Conakry.
Unos 22 mil niños perdieron a sus padres o tutores a causa del letal virus, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF.
REMEMBRANZA
El Ébola es una enfermedad que debe su nombre a un río situado en el norte del antiguo Zaire, hoy República Democrática del Congo, donde ocurrieron en 1976 los primeros brotes del flagelo que mató en a cerca de medio millar de personas.
Existen cinco cepas conocidas del virus del Ébola, cuatro de las cuales afectan a humanos y animales, y una, la llamada del Reston, hasta ahora nunca afectó a las personas.
Esta enfermedad causa una fiebre hemorrágica viral y afecta a varios sistemas orgánicos del cuerpo humano, produce fiebre, debilidad, dolor muscular y de cabeza intensos que se agudizan con vómito, diarrea, así como con disfunción renal y hepática.
La FHE no se contagia a través del aire o del agua, sino por la exposición directa de una persona con los fluidos corporales del enfermo, objetos contaminados de secreciones o contacto con cadáveres de pacientes que murieron por la dolencia.
El primer caso reportado en la recién acabada epidemia de FHE fue un niño de dos años de nacido, quien murió en diciembre del 2013 en la aldea Guéckédou, al sudeste de Conakry.
Poco después fallecieron familiares del menor y personas que asistieron a sus funerales y regresaron a sus respectivas aldeas infectados.
A partir de ese momento el virus de la FHE se convirtió en epidemia y se extendió hacia otras regiones, tanto de Guinea como de países fronterizos como Sierra Leona y Liberia, y posteriormente a Nigeria, Senegal, Estados Unidos, España, Malí y Reino Unido.
En julio de 2015, la OMS confirmó que la cifra de muertes casi triplicaba los 280 fallecidos del primer brote de ébola ocurrido en territorio congoleño en 1976, cuando se identificó la enfermedad.
A inicios de agosto pasado, el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, anunció la entrega de 200 millones de dólares a Freetown, Monrovia y Conakry, por ser los territorios más afectados por la epidemia.
Tal cifra resultó insuficiente para la OMS que solicitó al menos 200 millones de dólares más para un eficiente plan de acción contra la enfermedad.
El último paciente de ébola fue una niña guineana de 13 meses de nacida, que a principios de noviembre sufrió el contagio a través de su madre y quien falleció víctima de esa patología.
PRINCIPIO DEL FIN
Cuba fue el primer país del mundo en dar respuesta al llamado de la directora general de la OMS, Margaret Chan, y del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para erradicar la FHE en los países afectados.
Más de 250 especialistas cubanos del sector de la salud pertenecientes al contingente Henry Reeve, especializado en trabajar en zonas de desastres naturales y epidemiológicos, y en misiones de colaboración médica, lucharon contra la FHE en África occidental desde octubre de 2014.
Esa participación en el enfrentamiento a la epidemia formó parte de la solidaridad que La Habana ofrece al mundo desde 1959 en el sector de la asistencia médica, entre otros.
En 160 países del mundo se conoce del quehacer de más de 326 mil médicos, enfermeras y de entre otros trabajadores de la salud cubanos, según datos del Ministerio de Salud Pública de este país.
MANTENER INTENSA VIGILANCIA
La OMS advirtió que tan importante resultado positivo no debe conducir al abandono de los controles sanitarios.
En ese sentido no es posible descartar una posible reaparición de la enfermedad etiquetada como endémica en algunos países de África, consideran estudiosos.
Liberia se declaró libre de la infección en septiembre pasado, pero sufrió un leve rebrote en noviembre, que afortunadamente no se prolongó, recordó el organismo de la ONU.
A pesar del luminoso amanecer aún no existe tratamiento curativo, ni vacuna preventiva eficaz contra el virus del ébola.
Las personas que sobrevivieron a la infección, padecen secuelas como problemas de vista y audición, y dolores en las articulaciones meses después de recibir el alta, según registros clínicos y de laboratorio de la Clínica de Supervivientes Port Loko, en Sierra Leona.
Tal aseveración implica que pese a la desaparición rápida del virus de la mayoría de los fluidos corporales, una vez que se resuelve la enfermedad aguda, el mal puede persistir en lugares inmunológicamente privilegiados.
Entre esos sitios está el semen y el humor vítreo, líquido gelatinoso y transparente ubicado entre la superficie interna de la retina y la cara posterior del cristalino de los ojos.
El nuevo año llega con una Alborada sin Ébola, no obstante la vigilancia contra la FHE en África occidental debe mantenerse porque continúan latente los fenómenos que propiciaron la descomunal epidemia: pobreza, deficientes sistemas de salud y tradiciones funerarias y otras.
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(*) El autor es periodista de la redacción de Oriente Medio y África de Prensa Latina