Zurich, 11 ene (PL) Los logros colectivos pesaron un mundo en el quinto Balón de Oro conquistado por Lionel Messi, cuyo genio individual tiene su reflejo en el éxito de sus equipos.
De hecho, la «Pulga Biónica» anotó menos goles que el otro favorito, el portugués Cristiano Ronaldo, quien fue incapaz, empero, de guiar a algún título al Real Madrid y a la selección lusa.
Por el contrario, el rosarino lideró a la selección argentina que llegó a la final de la pasada Copa América, ganada en penales por Chile, y fue clave en los cinco títulos del Barcelona FC en 2015.
El otro aspirante, el brasileño Neymar Junior, fue parte medular del tridente que propició la gran cosecha culé, pero a nivel de selección poco le aportó a un Scratch venido a menos.
Visto así, el Balón de Oro de Messi se antoja un premio a su humildad en cancha, a su generosidad para hacer mejores a sus compañeros, y a su capacidad para aprender de los errores y crecer como futbolista.
«Agradezco al fútbol en general por todo lo que me hizo vivir, lo bueno y lo malo, porque eso me hizo crecer y aprender todo en la vida», declaró Messi, quien superó así sus más fantasiosos sueños infantiles.
Acompañado por su novia Antonella Roccuzzo y su hijo Thiago, el rosarino agradeció el voto de sus colegas, y se alejó de los otros grandes ganadores del Balón de Oro: Cristiano, Johan Cruyff, Michel Platini y Marco Van Basten, todos con tres.