El Senado de la República exhortó a la Secretaría de Salud para que, en coordinación con las dependencias homólogas estatales, haga campañas que informen a la ciudadanía sobre el daño que ocasiona el consumo de productos inhalantes.
Además, la llamó a que presente a esta instancia un informe sobre las acciones que se han aplicado para contrarrestar la adicción a estas sustancias.
Los inhalantes son sustancias consideradas volátiles que producen vapores químicos que pueden inducir efectos psicoactivos; y se encuentran en diversos productos como gasolinas, anestésicos, limpiadores, pegamentos, aerosoles, adhesivos, productos de limpieza, cosméticos y repelentes, entre otros.
El punto de acuerdo aprobado por el pleno del Senado señala que el consumo de inhalantes se ha vuelto un problema de salud pública, porque su adquisición es muy fácil, y se encuentran en numerosos productos.
Los jóvenes son los que consumen en mayor medida los inhalantes por la influencia del medio social en el que se desenvuelven, detalla el documento; y ello los puede llevar a convertirse en adictos al tabaco, alcohol, o a sustancias psicotrópicas como la cocaína, mariguana, metanfetaminas o solventes.
El consumo de productos inhalantes puede provocar convulsiones, daño renal o hepático, deterioro nervioso, alteración de la memoria, disminución de la capacidad de razonamiento, depresión, ataques de pánico, ansiedad, alucinaciones, problemas familiares, cambios y descuido en la apariencia física, falta de higiene y un comportamiento antisocial y agresivo.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Adicciones 2011, los inhalantes representan 40.4 por ciento del uso de sustancias, en al menos alguna vez. El grupo afectado es el de los adolescentes de 12 a 14 años de edad, con 45.5 por ciento.
Según el sondeo, las cifras representan en la población adolescente de entre 12 y 17 años, un consumo de inhalantes cinco veces mayor que el de un adulto.