Madrid, 13 ene (PL) El Parlamento español abrirá hoy su undécima legislatura, marcado por un escenario de gran fragmentación política tras las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, que concluyeron sin un claro ganador.
Aunque resultó la fuerza más votada, el conservador Partido Popular (PP), del presidente del Gobierno saliente Mariano Rajoy, apenas consiguió 123 escaños en el Congreso de Diputados, lejos de los 176 fijados como mayoría absoluta para mantenerse en el poder.
A diferencia de los comicios de 2011, que concedieron al PP 186 asientos en el Congreso, la derecha no controlará en esta ocasión la poderosa cámara baja, encargada, entre otras funciones, de designar al jefe del Ejecutivo y aprobar las principales leyes.
En las generales de hace más de tres semanas, los españoles castigaron el bipartidismo encarnado en los últimos 30 años por el PP y el otro partido tradicional de este país, el Socialista Obrero Español (PSOE), que quedó segundo con 90 diputados, 20 menos que cuatro años atrás.
Los grandes triunfadores de la reciente cita con las urnas fueron las agrupaciones emergentes Podemos (centroizquierda) y Ciudadanos (centroderecha), que obtuvieron 69 y 40 bancas, respectivamente, y serán decisivas en la conformación del próximo gobierno.
De momento, el PSOE y Ciudadanos acordaron la víspera que el socialista Patxi López dirija el Congreso cuando este miércoles queden constituidas las nuevas Cortes Generales (parlamento bicameral).
Será la primera vez que la presidencia de la cámara baja no la ocupe un diputado de la fuerza más votada, aunque el PP dominará el Senado.
Además, los conservadores tendrán más puestos en la Mesa del Congreso, órgano clave para gestionar la actividad legislativa que previsiblemente adquirirá un mayor protagonismo en un contexto de gran división.
Mientras Rajoy busca, sin éxito por el momento, una gran coalición con Ciudadanos y el PSOE para garantizar su investidura, los socialistas se inclinan por formar un gobierno alternativo al PP con Podemos y Ciudadanos.
En la actual coyuntura, es previsible que el rey Felipe VI, en su condición de jefe de Estado, comience de manera inmediata la ronda de conversaciones con los portavoces de los grupos parlamentarios para presentar un candidato a presidente del Gobierno.
Todo indica que el monarca propondrá en primer término a Rajoy, como aspirante de la agrupación más votada en los comicios.
De no conseguir el apoyo del Congreso, se iniciarán nuevos contactos de cara a buscar un candidato capaz de reunir una nueva mayoría.
Frente a ese escenario lleno de incógnitas, lo único claro hasta ahora es la decisión del PSOE y Ciudadanos de bloquear un ejecutivo encabezado por la derecha y respetar el resultado de las urnas, donde los españoles sancionaron tres décadas de bipartidismo.