El elector goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros.
Ambrose Bierce. Escritor y periodista estadounidense (1842-1913).
¿Quién dijo que no se puede? Fue la frase que vino a mi mente cuando reviso la información que tiene relación con la sucesión gubernamental en Quintana Roo. Para mala fortuna de quienes no tenemos simpatía alguna con esa fuerza política, el PRI podría darse el lujo de presentar dos candidatos a Gobernador sin violentar la legislación electoral. ¿Cómo? La receta no es nueva pero está dando buenos efectos: usando a la oposición.
En la opinión pública como en diversos medios locales, no es un secreto que quien tiene mayor simpatía –irónicamente- en la oposición es el aspirante y hoy ex subsecretario de Turismo, Carlos Joaquín González. Pero al mismo tiempo, el priísta no está en el círculo cercano de la clase política local de su partido, lo que lo convierte en el hijo desobediente.
En el contexto nacional, hoy la oposición, particularmente el PAN y el PRD están negociando alianzas para explorar la posibilidad de ir juntos en, si no las 12 entidades donde haya renovación de gubernatura, sí en su mayoría. Por lo pronto han acordado ir juntos en Durango, Zacatecas, Veracruz y Oaxaca, y muy probablemente en Tamaulipas e Hidalgo, mientras que en Puebla y Tlaxcala resulta misión imposible concretarla, más en el caso de ésta última entidad pues el plazo para solicitar alianzas ante el órgano electoral feneció el pasado 2 de enero.
Respecto a entidades como Sinaloa y Quintana Roo, se prevé que cada partido irá por su propia cuenta, es decir, no habrá alianzas, al menos así lo ha dicho el PRD. Sin embargo, en el caso de Sinaloa, el PAN está impulsando al diputado federal independiente, Manuel Clouthier Carrillo, para encabezar la candidatura y, de paso, convencer al PRD para que se sume al proyecto. Desde un punto de vista personal, creo que Clouthier debería ser congruente con lo afirmado en su campaña sobre el hartazgo que existe hacia el sistema de partidos y que, el haber participado sin el estigma de un partido, lo llevó a ganar el proceso en su entidad. Falta aún que decidirá el legislador e hijo del legendario Maquío.
Finalmente, en Chihuahua parece que no habrá acuerdo de coalición pero ya ha surgido un movimiento entre panistas (entre ellos Javier Corral y Gustavo Madero) y algunos sectores del PRD para buscar un candidato común y competir. Por su parte, Aguascalientes está aún por definirse.
Lo anterior sienta un primer corte del escenario definitivo que tendrán los partidos políticos –tanto del PRI como de la oposición- frente al proceso electoral que iniciará con la elección extraordinaria de Colima el domingo 17 de enero. El resultado impactará en el ánimo no sólo de la conformación de alianzas sino también en el electorado. Un triunfo de la oposición podría inyectar motivación a la idea de que quitarle al PRI más gubernaturas es posible.
Fuente: http://aristeguinoticias.com/1401/mexico/contra-pri-alianzas-binomio-del-pan-y-prd-en-6-estados/
El PRI, el partido que concentra 9 de las 12 gubernaturas en proceso de renovación (incluyendo Colima) ha desplegado al menos dos estrategias que llamaron mi atención en los últimos días. No son nuevas pero sí recurrentes y podría dejar buenos resultados para el hoy dirigente nacional priísta, Manlio Fabio Beltrones. La primera de ellas es la candidatura de unidad. Durango, Veracruz, Zacatecas y Chihuahua tienen, por lo menos, un esquema definido bajo esta premisa. Oaxaca está en proceso de seguir la misma dinámica y queda todavía la mitad de las gubernaturas para decidir.
Beltrones lleva consigo su estrategia primaria: obtener candidaturas de unidad, cuestión que un estudioso de la política jamás creería. Pero, ¿cuál sería su plan b? O bien abrir el proceso para que más de uno participe o, utilizar a la oposición para enviar un segundo candidato. A pesar que aquel que vaya por un partido distinto al PRI se vea en la obligación de renunciar, no menos cierto es que los nexos o vínculos políticos no se cierran, no del todo. En Zacatecas, por ejemplo, a pesar que ya tienen un candidato de unidad aparentemente, el cuñado del Gobernador –priísta por cierto- busca obtener el respaldo del PRD para ser candidato a la gubernatura. En Veracruz, otro estado con supuesta candidatura de unidad, serán los Yunes los que terminarán gobernando la entidad, sea del PRI o del PAN.
Quintana Roo puede ser pues, laboratorio nuevamente para tener 2 candidatos con origen en un mismo partido. El experimento no es nuevo pues en 2005 una integrante de la familia Joaquín –Addy Joaquín Coldwell- renunció al PRI y se postuló bajo la égida de una alianza PAN-Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano) a la gubernatura. Caso similar pero a nivel municipal, en Cozumel, sucedió con Gustavo Ortega Joaquín. La primera fue derrotada y el segundo obtuvo la presidencia.
Si bien la coyuntura actual podría generar una posible renuncia del ex Subsecretario a su partido, no hay que pasar por alto el hecho de que el panorama se ha modificado: el PRI tiene hoy la Presidencia de la República y el Presidente de dicho instituto político ha adquirido fuerza en la toma de decisiones para la designación del candidato a Gobernador.
No se descarta que el PRI tenga, pues, dos candidatos, uno de facto, en la siguiente contienda electoral en Quintana Roo. La oposición, desarticulada y sin cuadros políticos competitivos, ven en el ex presidente municipal la salida más fácil a la crisis por la que atraviesan y, de paso, ganarse algunos de los puestos que el sistema político mexicano ofrece a los segundos y terceros lugares en una competencia electoral. El tiempo determinará qué fuerza predominará: si el Presidente de la República o los Gobernadores. De ser los segundos, estaríamos pues, viviendo un nuevo paradigma en la vida política de un partido que por décadas se acomodó en un esquema vertical de decisiones provenientes de la figura del Ejecutivo Federal. Estaríamos entrando a la etapa que Castañeda llamó el feuderalismo mexicano.
El tintero.
El gobierno mexicano anunció que no venderá el nuevo avión presidencial, valuado en más de 7 mil millones de pesos. El argumento fue que, de realizar la venta, el gobierno perdería más de lo que resultaría mantenerlo y pagarlo. Adicional a ello, ya se está acondicionando el hangar para dar cabida al José María Morelos, nombre que llevará la nueva aeronave. ¿Y quién cree que hizo la obra de remodelación? Nada menos que Grupo Higa.
El próximo 26 de enero iniciarán los foros de debate sobre la legalización de la marihuana en México. La primera sede será Cancún, Quintana Roo, en donde se darán cita especialistas en la materia y discutirán los beneficios y costos que tiene este importante tema en la opinión pública.