Arnulfo Rubio en su tinta y vida

Por Víctor M. Navarro

Pinche Rufo, hoy es tu cumpleaños y en dos meses vas cumplir dos años de muerto, como eres mamón, como eres ojaldra, me dejaste con un trago en la mesa, con una entrevista pendiente y varios chistes que ahora vuelan a mil por hora. Pinche Rufo, te quiero como si aquí, como si todo, como si al rato estaremos echando chelas y rompiendo el paraíso…así, como en las tardes poesía y pláticas interminables, mujeres al filo de la navaja y carcajadas, siempre carcajadas.
Pueden ser los versos. Las palabras o simplemente los dos batos locos en ese Mustang atropellando sueños o ilusiones, cardiacos poetas que no creían en nada y en todo, reverendos hijos de la naturaleza medida en frascos de alcohol y libros de los mejores poetas ingleses.
Rimbaud también estaba en la fiesta, te acuerdas de las flechas en la colonia Roma, en la Bondojo, de los benditos brindis en la orilla de la célula que nos brindó ventanales para recitar el universo. Ya sabes que te extraño, estoy en esas fotos que eran el trago y la botana.
Y te veo todavía en toda vía, eres ese camino que andaremos…hoy visité un libro tuyo, la palabra de siempre y suscribo este poema, hermano de todos los días, para que la vida, la poesía y la chingada en abrazo fraterno nos lleve hoy y siempre…

 

victor_navarro

VIII
¡Perdón, de nueva cuenta, respetados oidores!
El sueño del escape difumina la bruma
Que precede a la tormenta.
¡Ah si pudiéramos pilotear los sueños!
Arnulfo Rubio (va…………………..)

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