- Sin tanto rollo: entre la divinidad y la crueldad de la realidad, Chiapas brillará por unos momentos con la visita de Jorge Mario Bergoglio, pero el cáncer de su padecimiento social jamás cambiará
Nuevamente Chiapas volverá a ser sitio de visita de “un representante de Dios en la tierra”, que en el transcurso de dos siglos vive el fenómeno migratorio, violencia generalizada con secuestros y asesinatos, corrupción, explotación irracional humana y de sus recursos naturales, discriminación racial, tráfico de armas, personas, drogas, así como de especies de vegetales y animales, además de la prostitución infantil y femenil, un panorama de acabada degradación social.
A pocos días de la llegada de su Santidad Francisco a las ciudades de Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de las Casas, y a 26 años de la visita de Juan Pablo II, no hay nada de qué presumir en esta parte de México, donde el dolor humano es una forma de vida para la inmensa mayoría en el día a día, tolerada e incluso promovida por la ruindad de las autoridades en turno a nivel federal, estatal y municipal.
Un viaje papal con un discurso que deberá ser en absoluto diferente al pastoral que trajo Carol Wojtyla en 1990. El de Jorge Mario Bergoglio en el 2016, tendrá que ser profundamente evangélico, dadas las condiciones de vida que se registran hoy en ésta región de Mesoamérica.
En un inusual mensaje, el clero mexicano alzó la voz el pasado domingo 24, toda vez que puso énfasis en que por “ningún motivo” la estancia del Papa Francisco a Chiapas, “será un evento folclórico, sino un acercamiento con una entidad donde subsisten las desigualdades, la discriminación y la constante violación a los derechos humanos”.
Y en el marco de la visita del Papa Francisco en México, la Arquidiócesis de México, en tono enérgico endureció en forma sorpresiva su tradicional postura de indiferencia a la realidad nacional. En la edición última del Semanario Desde la Fe, aprovechó la ocasión para poner en duda la viabilidad de la anunciada estrategia peñanietista, con las llamadas zonas económicas, según para atender “el rezago social”.
Habrá que recordar que la Iglesia Católica mexicana, jamás hizo pronunciamiento alguno en torno a la cacareada propuesta años atrás del ex panista Vicente Fox, con su fracasado Plan Puebla-Panamá (que nunca se llevó a cabo, que presuntamente impactaría en el desarrollo del istmo centroamericano), y menos aún de que dicho personaje, arreglaría en tan sólo “15 minutos”, las demandas que enarboló en el surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Paradójicamente, en la editorial del semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis, expuso también que más allá de la visita papal pudiera ser vista sólo como expresión de riqueza cultural, «los ojos del mundo voltearán a una región notablemente atrasada y que no está a la par de México», y aún más, el clero mexicano “descubrió” que Chiapas es un estado que enfrenta rezagados en alfabetización y desarrollo humano.
Coincidente a las expresiones de la Iglesia Católica, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), emitió una tesis para que los partidos políticos no exijan requisitos “irracionales o desproporcionados” a candidatos a cargos de elección popular de comunidades indígenas, situación que no es privativa de Chiapas, pero que le corresponde en gran medida, dado el alto porcentaje de compatriotas originarios naturales que habitan la entidad.
Llama la atención la coincidencia de que una institución del Estado, dé a conocer un pronunciamiento a un fenómeno nacional de eminente exclusión social, en momentos en que llega al país el Papa Francisco, donde la concentración de la riqueza en no más de 60 familias, es causa y origen de la pobreza de mucho más de la mitad de 120 millones de mexicanos. Un contraste por demás criminal.
Su Santidad llegará al Aeropuerto Internacional Ángel Albino Corzo, (uno de los tres que hay en las boscosas inmediaciones a Tuxtla Gutiérrez), de donde se trasladará a la Catedral de San Cristóbal de las Casas; sostendrá una reunión con representantes de comunidades indígenas. Luego retornará a la ciudad coneja, donde tendrá encuentro con familias, en el Estadio Víctor Manuel Reina.
Papa Francisco: ¡bienvenido a México, entre miseria y riqueza, y la insolente represión de las fuerzas policiacas y militares!