Londres, 5 feb (PL) Ni siquiera el veredicto de un panel de Naciones Unidas logra cambiar la postura de Reino Unido y Suecia respecto al periodista e informático Julian Assange, posición criticada durante años por países, instituciones y organizaciones de la sociedad civil.
Un grupo de Grupo de Trabajo de la ONU acaba de considerar arbitraria la detención sufrida por el australiano en la embajada de Ecuador en la nación británica, como resultado de acciones ilegales de los gobiernos de Estocolmo y Londres.
Poco después el gobierno de Suecia reaccionó y alegó que Assange «es libre para abandonar la embajada en cualquier momento», un argumento insostenible pues se sabe que solo poner un pie fuera de la legación diplomática significaría para el programador un arresto inmediato.
Las autoridades británicas admitieron que sigue vigente la orden de detención emitida por el país nórdico contra el fundador del sitio web Wikileaks, y están listas para cumplirla en caso de una eventual salida.
El comité de la ONU pidió hoy respeto para la integridad física y libertad de movimiento del periodista, además de defender su derecho a una compensación por las afectaciones soportadas, incluido el daño a su salud y la imposibilidad de recibir atención médica en un hospital.
Consideramos que las varias maneras de privar de libertad a Assange constituyen formas de detención arbitraria, afirmó el director del panel, Seong-Phil Hong.
Pero tales palabras solo encuentran oídos sordos en los interlocutores: el ministro británico de Asuntos Exteriores, Philip Hammond, rechazó las conclusiones del grupo y llegó a calificarlas de ridículas.
De acuerdo con Hammond, Londres mantiene su postura de considerar a Assange un fugitivo de la justicia que debe responder ante las autoridades de Estocolmo, pese a que desde allá poco se ha hecho para llevar adelante el proceso legal.
El australiano lleva más de tres años refugiado en la embajada de Quito en Londres para evitar la extradición a Suecia, donde lo acusan de supuestos delitos sexuales que él niega y afirma son una estratagema para luego entregarlo a los Estados Unidos.
Washington lo persigue a raíz de la publicación en Wikileaks de miles de documentos secretos que ponen en evidencia las violaciones cometidas por el gobierno norteamericano en cuestiones como las guerras de Iraq y Afganistán.
Desde el inicio del caso el informático mostró su disposición de colaborar con la justicia para resolver el conflicto, pero Estocolmo se negó a tomarle declaraciones en Londres y ello paralizó el caso durante años, mientras solo ahora está dando pasos para llegar a un arreglo en este sentido
Desde Ecuador, el canciller Ricardo Patiño estimó hoy que la postura de rechazo asumida por Reino Unido y Suecia constituye una nueva evidencia de la persecución política contra Assange.
En los últimos años, Quito ha denunciado las múltiples irregularidades en este caso, como la falta de acciones de la Fiscalía sueca para avanzar en su resolución, lo que demuestra el ensañamiento y la intención de castigar al autor de revelaciones que sacudieron el mundo.
La principal figura de Wikileaks se dirigió hoy desde el balcón de la sede diplomática a una multitud congregada en las afueras, y aseguró que el fallo del panel de la ONU es una victoria histórica para su caso.
Aunque las decisiones de ese comité no tienen carácter vinculante, sí revisten una notable autoridad por su apego a las leyes internacionales, y en consecuencia negarse a aceptarlas envía una clara señal al mundo sobre la intencionalidad detrás del caso contra Julian Assange.