A TIRO DE PIEDRA: LA “BOLA CANTADA” Y EL “NO PASA NADA”

Por Julian Santiesteban

Debes perder una mosca para pescar una trucha

George Herbert

 

Este lunes hubo dos sucesos que no fueron del todo noticiosos, y sin embargo tuvieron la atención de todos los interesados de la vida política de Quintana Roo, pues el aspirante a la gubernatura, Carlos Joaquín González, renunció a su militancia en el Partido Revolucionario Institucional (PRI); y ese instituto político respondió con su acostumbrado “no pasa nada”, pero pasará mucho.

Desde el viernes 05 de febrero, en el programa de radio Zona Libre, transmitido para el sur quintanarroense y norte de Belice, en este país centroamericano, y en el que diariamente participo junto con Javier Chávez, Miguel Martínez y Juan Juárez Mauss, adelanté que Joaquín González había iniciado el “punto de no retorno” y que terminaría por renunciar al tricolor, cuestión que se formalizó tres días después; y ante lo cual el partido, en versiones previas del comunicado oficial, señaló que contaba con 96 mil 298 militantes validados, y que la salida del ex subsecretario de Turismo federal representaría “tan solo uno menos.”

Así de previsible era la salida del futuro candidato del Partido Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD); pero también era de esperarse una respuesta similar por parte del instituto en el que militó a nivel local, aunque con ello se confirme que el PRI tendrá enfrente a un rival que, si bien pudiera no representar la pérdida de la gubernatura para el tricolor –según muestran las actuales tendencias-, a nivel de los municipios y las diputaciones pudiera haber importantes desgajamientos, sobre todo considerando que, aun cuando se pierde formalmente “solo un militante”, Joaquín González y su equipo esperan que muchos priístas voten silenciosamente por su opción, sin renunciar necesariamente a la militancia.

A nivel nacional, el PRI también emitió un comunicado en el que se señala que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) lamenta la renuncia, pero que no actuará “conforme a los deseos, emociones u obsesiones personales de ninguno de sus militantes para tomar decisiones apresuradas, fuera del marco de la normatividad que guía la vida interna de nuestro partido y el proceso electoral en su conjunto”; aun así, Carlos Joaquín González aseveró que en el tricolor deja “amigos, compañeros y experiencias”, y se dijo orgulloso de haber sido “parte del equipo del equipo del señor presidente (Enrique Peña Nieto.)”

El gobernador Roberto Borge Angulo ha mostrado una enorme capacidad para ganar elecciones, todas las que han ocurrido durante su administración, todas, las ha ganado; fue el factor incluso para recuperar para el PRI municipios que, en su momento, ganó la oposición, así que tendrá, ahora sí, que esforzarse por aprovechar esa experiencia adquirida, y asegurarse que los equipos de campaña sean coordinados realmente por gente con experiencia y no por improvisados de “la nueva ola”, ahí tendrá que verse esa “vuelta a las canas” que el dirigente nacional de su partido, Manlio Fabio Beltrones, planteó semanas atrás como factor necesario para asegurar los triunfos electorales que necesitan; no vendría nada mal un ajuste a la estructura local del PRI.

LO QUE SIGUE…

Ahora que Carlos Joaquín González ha tomado ya el camino opositor, independientemente de la vía que elija, el PRI deberá decidir con mayor calma su candidatura a la gubernatura; pues aun con la “institucionalidad” que los demás aspirantes ratificaron al firmar el llamado pacto de unidad, han comenzado a haber signos de franca descomposición, como la guerra sucia instrumentada por el aun delegado del PRI en el estado, Ulises Ruiz Ortiz, en aras de favorecer al alcalde solidarense, Mauricio Góngora Escalante; o las “tronantes” declaraciones del alcalde de Othón P. Blanco, Eduardo Espinosa Abuxapqui, en contra de la designación de José Luis Toledo Medina, como candidato a la gubernatura; e incluso el panorama se ha prestado ideal para un “tercero en discordia”, por lo que ahí aguarda pacientemente el secretario de Gobierno, Gabriel Mendicuti Loría. Así que ni calma ni concordia, la disputa interna sigue, y tal vez ahora más intensa que nunca.

Lo anterior porque falta que el PRI decida las alcaldías que entregará por cuestión de género y las candidaturas a las diputaciones, y ante la cercanía de la toma de decisiones los respectivos grupos políticos arreciarán sus ataques “por lo bajito”; así que la decisión del CEN del PRI de alargar, de nuevo, la definición del abanderado tricolor, para después del 15 de febrero, fecha en que inicia formalmente el proceso en Quintana Roo, pudiera de nuevo generar jaloneos entre los que aún quedan en el partido.

COLOFÓN…

Independientemente de las posturas de las dirigencias local y nacional priísta, la salida de Carlos Joaquín González representó la imposibilidad de armonizar los intereses políticos quintanarroenses; es un tropiezo real a la dirigencia de Manlio Fabio Beltrones; y decir que, ahora sí, vendrá un candidato de unidad es hacer como que los que van saliendo nada representan.

Debieran hacerse ajustes a la estructura o cuidar expresiones triunfalistas como la de “es solo uno menos”, pues la estrategia deberá definirse de manera muy profesional y esforzándose a fondo; de lo contrario parecerá como que, mientras los integrantes del juego van saliendo, felizmente se canta “yo tenía diez perritos”,  se cierra el círculo y se sigue con la “algarabía” de siempre; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

Como siempre le dejo notas que fundamentan lo expresado.

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