Washington, 15 feb (PL) La decisión del presidente Barack Obama para nombrar un nuevo miembro del Tribunal Supremo influirá en el complicado escenario político estadounidense, estiman hoy comentaristas políticos.
La inesperada muerte del miembro del Tribunal Supremo Antonin Scalia conllevará a un aumento de la confrontación entre republicanos y demócratas en un escenario en el que la máxima corte tiene una influencia mayor que en otros países y a la que con frecuencia se le pide su intervención para hacer de árbitro en temas espinosos.
Sin embargo, señala el diario digital The Hill, la decisión expresa del líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, de no confirmar cualquiera de los candidatos durante el resto del mandato de Obama crea una dinámica incómoda alrededor de cualquier selección potencial.
Agrega que quien sea nominado tendrá que considerar la posibilidad de estar en el limbo durante un año o más, si el Senado no actúa durante el año electoral.
Sin embargo, asegura, esa persona también podría tener una ventaja sobre su designación por Hillary Clinton, si gana la nominación y las elecciones generales de noviembre.
Algunos de los posibles nominados de Obama a la Corte Suprema serían Sri Srinivasan, un juez del circuito de Washington si el objetivo es ejercer presión sobre McConnell para permitir una votación de confirmación del Senado, ya que para su actual posición fue aprobado por 97 a cero.
Srinivasan es ampliamente considerado como un moderado, lo que puede complacer a muchos en el bando republicano que piden un candidato de consenso.
Otro pudiera ser Paul Watford, designado por la Casa Blanca en el 9º Circuito y que en ocasiones se mencionó como un potencial candidato a la Corte Suprema de Obama por sus posiciones moderadas, además de ser un afroamericano.
También se menciona a la actual secretaria de Justicia Loretta Lynch, de 56 años, quien se desempeñó en su puesto por menos de un año y no sería vista mal por los republicanos como su antecesor en el cargo Eric Holder.
Aunque la cúpula partidistas y algunos candidatos como Ted cruz quieren alejar el nombramiento, otros como el senador republicano Lindsey Graham abogan por un candidato de consenso para alcanzar una confirmación exitosa.
El camino será escabroso para Obama, pues ya el presidente del Comité Judicial del Senado Chuck Grassley (R-Iowa) dijo el sábado que no es tradicional nombrar un miembro del foro judicial en año de elecciones.
Los republicanos temen que con el nombramiento y la confirmación, el presidente Obama trate de impulsar su agenda y más aún cuando el máximo tribunal debe manifestarse sobre temas como los alivios migratorios anunciados por el gobernante acudiendo a sus poderes ejecutivos.
El tema influye mucho en la actual campaña electoral y ya en el lado de los demócratas la exsecretaria de Estado y aspirante a la candidatura Hillary Clinton dijo que bloquear la nominación está «totalmente fuera de sintonía con nuestra historia y nuestros principios constitucionales».
Barack Obama, subrayó, es presidente de los Estados Unidos hasta el 20 de enero de 2017. Eso es un hecho, mis amigos, si a los republicanos les guste o no.
También se le unió su rival Bernie Sanders, quien atacó a los republicanos por tener «una visión muy interesante de la Constitución de los Estados Unidos y al parecer creen que la Constitución no permite que un presidente demócrata proponga a un candidato para reemplazar al juez Scalia».