Por Huemanzin Rodríguez
(N22) A finales del 2014 el Instituto Cultural Cabañas inauguró la exposición Dr. Atl Rotación cósmica, a 50 años de la muerte el artista. La curaduría de Carlor Ashida buscaba darle otra interpretación a la obra de Atl.
En ese entonces durante una entrevista, Carlos Ashida, dijo que hay artistas que hablan de su entorno inmediato. «Atl no era de esos. Él hablaba del cosmos, del universo. Era un hombre que la Tierra le quedaba chica. Pero al adquirir esta mirada, esta dimensión tan colosal, se podría percibir también que Atl de alguna forma ocupa el lugar que dejo vacío la ausencia de Dios».
La muestra estuvo integrada por obras procedentes de diez coleccionistas privados y siete instituciones privadas. El catálogo quedó detenido por el abrupto fallecimiento de Ashida y hasta ahora ha sido presentado en el Museo de Arte Carrillo Gil.
«Carlos empezó a hacerlo cuando le vino este cáncer que terminó con su vida y se quedó a la mitad del catálogo. Quisimos, con la ayuda de su familia que nos dieron mucha información de lo que él tenía avanzado, terminarlo como un homenaje a él», comentó Olga Ramírez Campuzano, directora del Instituto Cultural Cabañas.
El libro tiene los textos de Carlos Ashida, imágenes de las obras que integraron la exposición y un ensayo central de Peter Krieger, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, que le pidió el mismo Ashida. Krieger ha desarrollado desde hace varios años una visión estética del medio ambiente y su vínculo con el arte, así ha analizado la obra de Gerardo Murillo.
Según el historiador de arte, lo que intentó fue explorar el fondo filosófico de la obra del Dr. Atl, «el pintor que caminó y subió en soledad las montañas. Se expuso a esas fuerzas telúricas y volcánicas. De ahí empezó un proceso de sublimación que resultó en una obra de arte que nos hace pensar en nuestra posición en la Tierra».
Peter Krieger considera que la obra de Atl es resultado de la catarsis de una experiencia extrema: el subir la montaña a pie sin cualquier tipo de equipo especial, que hoy nos aleja de imaginar la experiencia del humano sólo frente a la montaña. Su visión de belleza es resultado de la hostilidad de las condiciones de vida en la montaña y de esos paisajes más allá del antropoceno.
«En esas crisis productivas surgen obras científicas, artísticas, filosóficas. Creo que esta relación es lo más interesante del Dr. Atl que ha sido un geólogo amateur, le interesó la configuración de la Tierra. Se fue a vivir y ver la erupción del Paricutín durante un año, y también escribió obra literaria, la sinfonía Popocatépetl, tuvo una formación filosófica. Tengo que decir también que tuvo una faceta muy negativa, fue pro nazi, de la extrema derecha. Es un personaje muy complejo y uno puede preguntarse qué nos dice hoy después de 50 años», comentó.
El libro está editado por el Instituto cultural Cabañas en colaboración con el INBA y la secretaría de Cultura del estado de Jalisco.