Washington, 1 mar (PL) La Fiscalía del estado norteamericano de Pensilvania acusó a dos obispos católicos de encubrir los abusos sexuales cometidos por 50 sacerdotes y líderes religiosos contra centenares de niños, reveló hoy un informe de investigación.
El documento de 147 páginas asegura que existen pruebas para afirmar que los obispos James Hogan y Joseph Adamec, directores de la diócesis de Altoona-Johnstown desde mediados de la década del 60 hasta 2011, sabían de las múltiples denuncias de abusos.
Según el reporte, ante los hechos que se produjeron durante 40 años los acusados también intervinieron para impedir que la policía y los fiscales arrestaran a los curas pederastas.
El informe fue resultado de dos años de pesquisas, durante los cuales se analizaron más de 115 mil documentos, muchos de ellos descubiertos cuando las autoridades entraron en agosto pasado en la diócesis y hallaron un archivo secreto con los nombres de sacerdotes acusados de delitos sexuales.
La procuradora general de Pensilvania, Kathleen Kane, cuya oficina hizo público el informe, manifestó que tales conductas pusieron en peligro a miles de niños y permitieron que los predadores sexuales abusaran de más víctimas.
De acuerdo con Kane, los crímenes atroces padecidos por los menores son absolutamente inconcebibles, y aún más inquietante es el encubrimiento de los líderes del clero que permitieron continuar el maltrato durante décadas.
Al mismo tiempo, expresó su frustración porque no pueden ser presentados cargos contra los sacerdotes que perpetraron los abusos desde 1966.
Ello se debe a que varios de los implicados han muerto, algunos de los crímenes han prescrito y, en otros casos, las víctimas están tan traumatizadas que prefieren no testificar.
De los obispos acusados de encubrimiento, Hogan estuvo al frente de la diócesis desde 1966 hasta 1986, pero murió en 2005; en el caso de Adamec, se retiró en 2011 y aún vive.