Cómo cuesta imaginar a Chespirito disputando con Pelé una plaza para la Copa del Mundo en México 70, o a Resortes al tú por tú con Maradona en nuestro segundo Mundial de 1986. Pero esto ocurre en Quintana Roo, al calor del proceso electoral y en la lucha por la gubernatura.
Carlos Joaquín González es el seguro candidato de la coalición PAN-PRD a la gubernatura, “y los periodistas lo saben, lo saben”, al ritmo de la Sonora Santanera con La Boa. Pero la farsa fue concebida para darle a Carlos Joaquín la oportunidad de hacer precampaña para mejorar su posicionamiento rumbo al encontronazo a dos caídas con el Moreno José Luis Pech y el priista que brote mañana jueves, según relevó Raymundo King en la emisión Café Negro, dirigida magistralmente por Oscar González, columnista de esta cada editorial.
¿Sirve de algo que un boxeador en toda forma que disputa el cinturón de oro y esmeraldas tenga que reñir el pase con un Jorge Kahwagi atolondrado por la cruda más espantosa? No sólo nadie se la cree, sino que abona el terreno para la chunga de carpa.
El nombre del chamaco del PAN que lanzaron al cuadrilátero para competir con Carlos Joaquín no lo tengo a la mano, y no tiene la mínima importancia porque es una burla a la obligada seriedad de un proceso planificado a tal detalle que hasta el número de nubes será condicionado el próximo cinco de junio, cuando todo comience a definirse en las urnas.
Y si este señor encontronazo entre Carlos Joaquín y su bulto está en evolución, tampoco se vale el otro choque en gestación entre un bulto similar y el candidato del PRI a la gubernatura, cuyo proceso de selección ha sido la mar de complejo en un archipiélago de incertidumbre.
Lo más ridículo –si esto es acaso posible– es la postura de las autoridades electorales que con expresión solemne permiten este tipo de ocurrencias, festejando sketches cómicos en un proceso electoral que debe marchar a todo vapor en todas sus escalas, sin simulaciones como las que están en marcha.
Hay que aguardar al tercer candidato del PRI para que la fiesta electoral esté completa en la cumbre. Lo demás es entretenimiento de tiras cómicas de muy mal gusto porque ofenden nuestra inteligencia.