Los penales de la Ciudad de México son una bomba de tiempo, por los presos que manejan la distribución de droga y alcohol y que organizan el trabajo de otros reclusos.
Especialistas penitenciarios reconocen que estos factores, sumados a la sobrepoblación, la falta de gobernabilidad, la carencia de programas de reinserción y la corrupción, hacen que el riesgo de un evento violento, como el de Topo Chico, Nuevo León, esté latente con motines y rebeliones.
Fuente: Notisistema