Por Alejandra Flores
(N22) “Una selección abierta, no temática, sino un diálogo entre pieza y pieza, entre ideas e ideas con el afán de dialogar con el espectador”, comentó el pintor Boris Viskin.
Esculturas, instalaciones, pinturas, ensamblajes en relieve, técnicas mixtas y gráfica, dan cuenta de quince años de producción artística del pintor Boris Viskin. Bajo el título Boris Viskin, la belleza llegará después, Viskin nos lleva por sus constantes experimentaciones con materiales de lo más diverso.
«Aquí dialogan dos piezas distintas, una se titula Sonata para una noche cíclica y se compone de 124 cuadritos que se vuelven un tríptico, la defino como una vorágine de imágenes y de épocas dentro de mi pintura. Por primera vez logro exponer como quería, de manera circular, sin quiebres entre pieza y pieza para llevar uno una lectura lineal».
Las obras de Viskin transitan del óleo sobre tela a una combinación ilimitada de materiales, con la intención de generar contradicciones o diálogos balanceados que conduzcan a la integración de un mensaje, de una presencia sólida, que al final y por su misma fuerza, alcanzarán la belleza.
Boris Viskin, la belleza llegará después, permanecerá en el Museo de Arte Moderno hasta el mes de agosto.