Washington, 17 mar (PL) El gobernador del estado norteamericano de Michigan, Rick Snyder; y la administradora de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), Gina McCarthy, testificaron hoy ante el Congreso sobre el caso de contaminación del agua en la localidad de Flint.
En la audiencia, que tuvo lugar en el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, Snyder dijo que la crisis fue el resultado de decisiones fallidas de los gobiernos local, estadual y federal, que afectaron a las familias de dicha ciudad, tras destacar lo que él y otros miembros de su administración hacen para ayudar a Flint a recuperarse y dar acceso a agua limpia a sus más de 100 mil habitantes, en su mayoría afroamericanos.
Por su parte, McCarthy reconoció que la EPA pudo hacer mucho más para evitar y mitigar el desastre, y puso como principal culpable a Snyder, de filiación republicana.
Aunque en meses anteriores el Gobernador pidió disculpas en varias ocasiones por los daños ocasionados a sus conciudadanos, esta fue la primera vez que testificó bajo juramento acerca de lo que hizo o no respecto a la contaminación de las fuentes de abastecimiento de agua potable en Flint.
Desde que comenzó este escándalo los demócratas insisten en la necesidad de que Snyder rindiera cuentas en el Capitolio, mientras los republicanos centraron sus esfuerzos en que McCarthy participara en la audiencia.
Snyder autorizó en abril de 2014 que la ciudad dejara de recibir el líquido del sistema de Detroit y se conectara al cercano río Flint, para recortar gastos.
Como la composición del torrente es muy corrosiva, al pasar por las tuberías se desprendió plomo de ellas, el que se integró a la corriente y de ahí envenenó la sangre de adultos y niños.
Las autoridades declararon una emergencia por primera vez en octubre pasado, cuando debieron reconectar nuevamente con Detroit, pero los ciudadanos del lugar siguen sin poder utilizar el agua que sale del grifo.
Tras reiteradas quejas sobre la calidad del líquido, el Gobierno de Michigan y su departamento a cargo de la protección ambiental intentaron restarle importancia al asunto, lo que provocó múltiples protestas de la población, así como de organizaciones ecologistas.
Por otra parte, la actuación de la EPA también está bajo investigación, pues de acuerdo con medios de prensa estadounidenses esa entidad nunca hizo públicas sus preocupaciones sobre el asunto, cuando el escándalo alcanzó mayores niveles en enero de 2016.
Congreso de EE.UU. analiza caso de contaminación en Flint, Michigan
