Por Huemanzin Rodríguez
(N22) “Retomamos el teatro evangelizador del siglo XVI con Fernando Horcasitas, que narra una representación de la Pasión de Cristo en Cuernavaca, en el estado de Morelos, donde hay una primera representación de la Pasión, y con León Portilla retomamos Cantares mexicanos y sus traducciones de poesía, para desentrañar más la traducción del teatro al náhuatl”, comentó Francisco Hernández, director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico Félix Novohispano.
El viernes 25 de marzo, a las 10:00 de la mañana, se presentará en el Zócalo una obra teatral histórica que recuerda las primeras representaciones de la pasión de Cristo. Este teatro evangelizador está en las manos de Francisco Hernández, director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico Félix Novohispano.
“Franciscanos, Dominicos, Agustinos se enfrentan a cómo evangelizar e implantar el pensamiento occidental. Entonces el teatro es una de las herramientas que utilizan, pero al hacer teatro ellos se pusieron en la posición de directores, escenógrafos, de pensar todo el hecho escénico”.
Déjame contarte una anécdota –dijo el director– de Fray Toribio de Benavente, mejor conocido como Motolinía, que quiere decir “el más pobrecito”: él cuenta en su crónica que había una representación del Paraíso, estaban Adán y Eva en la representación y los indígenas hicieron un gran monte, con muchísimas flores, plantas, árboles frutales, y antes de la representación un ocelote, que iba a ser parte de la obra, que se soltó y mordió a Eva. Fray Toribio dijo eso «está muy bien pero hubiera sido después de expulsados del paraíso». Esto me recuerda cuando, hace dos años, hicimos la Pasión de Cristo y nos tocó el temblor antes de la representación, hubiera estado muy bien cuando era la crucifixión.
Para la compañía, hacerlo en la plaza mayor, sin una cuarta pared o una iluminación especial, le da una representación única y viva en ese momento. Los actores van caminando en el piso caliente, no hay ninguna protección teatral. El esfuerzo es mayor, actoralmente y vivencial.
«Lo que buscamos es que la gente conozca este patrimonio cultural y sobre todo se acerque a esta representación hecha por actores, a diferencia de otras representaciones que son fieles que devotamente representan, pero que se quedan con ese sentimiento para sí mismos. Y lo que hacen los actores es proyectar esta pasión que vivió este hombre llamado Jesucristo hace dos mil años”.