En esta visión de Anáhuac, región antes transparente, ubicada cerca de las ciudades desiertas, en la calle de Ozuluama # 24, está cimentada la librería La Torre De lulio, un entrañable espacio impregnado de un ambiente monacal, es La Capilla Agustina de la colonia Condesa, la cual a unas cuantas calles coexiste con la otra capilla de la demarcación, la del escritor y aciago demiurgo Alfonso Reyes; en ambas el centro de fuga es la literatura, la Eclesiastés se cifra en la palabra vertida en volúmenes copiosos donde la sabiduría del hombre ilustrado promueve su movimiento perpetuo, aquí los libros son el motivo de todos los motivos.
A cualquier hora se oficia una misa en este jardín de los senderos que se bifurcan, el continuum de la palabra nos lleva a consultar la historia de las sagradas escrituras contenida en los libros que nos han sido dados.
Como todo sitio de retiro, una tarde cualquiera llega un feligrés y puede comulgar con el jazz, la buena plática, el libro que vendrá y de acaer a la hora de la comunión hostias y vino de consagrar.
Después de la última sesión monástica, el escribano que pergeña estas palabras mayores, con la venia del sumo pontífice librero se autodenominó el feligrés feliz, periquillo sarmiento que se delecta con los santos olores de las primeras ediciones las cuales casi lo han beatificado, pero su humildad lo lleva solo a aceptar las bondades de San Agustín Jiménez, es decir los libros que hoy son ampliamente recomendados en el presente manuscrito tercnologizado que de la galaxia Gutenberg nos lleva a la sabia virtud de concebir la página.
UNO.- Volteo a la izquierda, y en un librero vislumbro una edición clásica: La Divina Comedia, esa bellísima edición de UTEHA, pastas duras, encuadernación de lujo con el lomo en filos dorados y rojos, traducción de Cayetano Rosell, ilustrada por Gustavo Doré, 1958.
DOS.- También en un mostrador La Mujer Zurda de Peter Handke , una edición de Alianza Editorial, libro sustancial que también fue llevado al cine, con la asistencia del autor, otra joyita.
TRES.- Y del cofre del tesoro, Fray Agustín nos enseña una edición de 1943, de Gustavo Flaubert La Tentación de San Antonio, una pieza para coleccionista de Editorial América.
Cito: “Meseta semicircular cercada de peñascos, en la cumbre de una montaña de la Tebaida.”
Ah¡¡¡ los libros, el amor a la literatura y esas criaturas que siempre estarán hablando con nosotros.