La Habana (PL) A raíz del escándalo generado por los llamados Panama Papers, se pusieron de moda los paraísos fiscales, pero muchos desconocen tanto los más famosos como lo legal o ilegal del problema y otros detalles de interés.
Analistas consideran que el complejo entramado de operaciones en torno al bufete de abogados Mossack-Fonseca, con sede en el país centroamericano, resulta la mayor filtración periodística de la historia difundida mediante un grupo amplio de prensa.
Dicho destape surgió el 3 de abril a partir del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) con sede en Washington para salpicar a 140 políticos y funcionarios de todo el mundo, entre ellos 12 antiguos y presentes líderes mundiales.
Una lista que incluye 11,5 millones de documentos de casi 40 años del bufete panameño especializado en la gestión de capitales y patrimonios con información de 214 empresas denominadas offshore en más de 200 países y territorios.
El ambiguo término offshore parece tomarse de la náutica (costa afuera), en una alusión a pequeñas islas que fueron desde hace muchos años muy populares en materia de paraísos fiscales y evasión de impuestos.
Sin embargo, muchos de esos paraísos fiscales son legales, lo que complica dicho panorama informativo.
El experto Alex Cobham, de Tax Justice, una red internacional para la justicia fiscal con sede en Londres, señala que existe un doble rasero, pues una amplia gama de países desarrollados alojan o apoyan jurisdicciones en las que el secreto o poca transparencia es grande.
Incluso, los Estados Unidos, cuyos nacionales aparecen escasamente mencionados e importantes empresas de ese país patrocinaron la investigación, tiene en sus fronteras a Delaware, pequeño estado cercano a Washington, que es sede de 945 mil firmas, muchas fantasmas.
Por tanto, Tax Justice creó un sistema de puntaje de 0 a 100 a la hora de clasificar a tales paraísos y el secreto financiero, y buena parte no está precisamente en Panamá.
La medida de Tax Justice refleja la cantidad y calidad de las leyes o regulaciones que favorecen la reserva en las transacciones financieras por parte de individuos o compañías.
Además, se apoyan también en la participación de cada nación en las exportaciones financieras a nivel global (datos de fuentes oficiales). Es decir, el ranking mide grado de secreto, pero también la escala de las operaciones.
Según Tax Justice, entre las 10 primeras naciones de la lista figuran varios países desarrollados (algunos de ellos fervientes opositores a los paraísos fiscales).
Ese es el caso de Suiza, número uno, con 73 puntos, que encabeza la clasificación con su casi inviolable secreto bancario, si bien recientemente -bajo presión internacional- realizó algunas concesiones al identificar titulares de cuentas investigadas por evasión fiscal.
Mencionan al Reino Unido en el puesto 15, con 41 unidades. Pero este país podría estar en un puesto más avanzado teniendo en cuenta todos los centros financieros offshore que dependen de la corona británica (como las islas Caimán y Vírgenes).
Dichos lugares hacen negocios permitidos con la City de Londres, por tanto probablemente tendría el mismo nivel de secreto financiero que Suiza, siempre según Tax Justice.
Estados Unidos está bien arriba, en el puesto tercero del ranking, pues estados como Delaware, Wyoming, Nevada y Arizona tienen regulaciones que favorecen el secreto financiero.
Dicha nómina incluye a Hong Kong, en su momento bajo bandera británica, a Singapur (5), con 69 puntos, y uno de los sospechosos de siempre, Islas Caimán (5), con 65. Tampoco extraña la inclusión de Luxemburgo (6), con 55 unidades, que compite con Suiza en secreto financiero.
La relación de Tax Justice también pone al Líbano (7), con 79 puntos, Bahrein (9), con 74, y Emiratos Árabes Unidos (10), con 77.
Alemania, en el puesto 8, con 56 puntos, llama la atención, pues la mayor economía de Europa, que tiene en Fráncfort un inmenso centro financiero, no cuenta con secreto bancario.
Sin embargo, hay elementos que conspiran contra la transparencia de las operaciones financieras, advierte Alex Cobham.
En su libro «Alemania, paraíso fiscal», el investigador Markus Meinzer calculó que, tan sólo en 2013, los fondos que eludieron el pago de impuestos por medio de estructuras como las Treuhand alcanzaron los 3,4 billones en dinero sucio (un billón equivale a un millón de millones).
Sin embargo, y volviendo a los Panama Papers, el bufete eje del asunto, Mossack- Fonseca, plantea que en 40 años de existencia nunca fue acusado en ningún tribunal.
Según Robert W. Wood, socio director del estudio de abogados WOOD LLP en San Francisco, Estados Unidos, no es ilegal tener una cuenta en un paraíso fiscal.
Dice el entendido que es perfectamente legal que una persona posea una empresa en el extranjero con simplemente cuentas bancarias o un fideicomiso extranjero con cuentas, o acciones, y este es también el criterio de Daniel Lejtman, contador público en Buenos Aires, Argentina.
No obstante, aclaran que es ilegal tener cualquiera de estos dos tipos de cuentas o empresas sin informar a las autoridades.
Explica Lejtman que lo indebido es que una persona no declare esos fondos o los resultados generados por esas sociedades (como ganancias) en sus países residentes.
En todos los países es ilegítimo que un contribuyente no declare ingresos en cualquier otra parte del mundo, afirmó Wildo Moya, profesor de Derecho Económico y Comercial de la Universidad Católica de Chile.
De ahí que los Panama Papers obliguen a algunos funcionarios y ministros a dimitir y otros estén en capilla ardiente. Además, los paraísos fiscales y sus secretos son un perfecto escenario para lavado de dinero, ocultar movimiento de drogas o tráfico de armas.
Así que tal destape debe ir más allá de los 140 nombres y 200 territorios y países implicados, quizás tiene mucho que ver con guerras, terrorismo, y flagelos que en la actualidad agobian a la humanidad y debería llegarse a fondo para descubrirlos y exterminarlos.
Paraísos fiscales, ¿novedad del momento?
Por Roberto F. Campos