Roma, 25 abr (PL) El empleo de drones no tripulados para pronosticar el impacto negativo del cambio climático, es un novedoso proyecto financiado por la FAO y el Ministerio filipino de Agricultura, informó hoy el organismo de la ONU.
El programa tiene como objetivo detectar las zonas agrícolas más proclives a desastres naturales y su evaluación, explicó la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El plan piloto solo empleó dos drones para realizar el reconocimiento por zonas del archipiélago, explicó la FAO y añádió que los aviones están diseñados para realizar mapas detallados, evaluar la vegetación y valorar donde la agricultura es más vulnerable a los desastres naturales.
Con una capacidad de cubrir hasta 600 hectáreas diarias, los drones contribuirán a apresurar el proceso de análisis de riesgo, declaró el director de operaciones del Departamento de Agricultura de Filipinas, Christopher Morales.
Agregó que su empleo es eficiente, ahorra tiempo y permite utilizar una fuente fiable de datos para planificar y realizar intervenciones, así como dar respuesta a los agricultores en momentos de desastres y calamidades.
Al respecto el representante de la FAO, José Luis Fernández, acotó que las imágenes pueden revelar dónde situar los proyectos de infraestructuras agrícolas, instalaciones de riego o almacenes para atender a los productores y ayudar en la evaluación de zonas costeras y forestales.
Señaló que Filipinas es una de las regiones del orbe más afectadas por las tormentas tropicales, tifones, inundaciones y otros desastres, causantes en la última década de la muerte de miles de personas y la devastación periódica de la infraestructura económica de partes del país.
Recordó que en 2013 el archipiélago asiático fue impactado por el tifón Haiyan, que arrasó 600 mil hectáreas de cultivo y ocasionó pérdidas por un valor de 700 millones de dólares.
El país es vulnerable, además, a sequías y erupciones volcánicas, dijo y agregó que las afectaciones ocasionadas por esos eventos socavan la seguridad alimentaria y la producción agrícola durante los años posteriores a su ocurrencia.