- Pese a inconsistencias, Veracruz cerró el caso de la periodista
Hoy se cumplen cuatro años del asesinato de la periodista Regina Martínez, corresponsal del semanario Proceso en esta capital del estado de Veracruz, y aunque la Fiscalía General del Estado (FGE) cerró el caso, hay inconsistencias en el expediente de investigación que ponen en duda sus conclusiones.
A la fecha, la autoridades de justicia en el estado no han podido dar con el paradero de José Adrián Hernández Domínguez, “El Jarocho”, el presunto autor intelectual del asesinato de la periodista, y Jorge Antonio Hernández Silva, “El Silva”, quien purga una condena de 38 años y dos meses de prisión, ha señalado que su declaración se obtuvo bajo tortura.
Además, la FGE nunca tomó como línea de investigación el ejercicio periodístico de la corresponsal, sus últimos reportajes ni los intereses que se tocaban ahí, por lo que redujo las pesquisas a un “crimen pasional”.
Entre las inconsistencias más graves de la investigación ministerial 019/2012/PC y el proceso penal 358/2012 –a decir del análisis de periodistas que han tenido acceso al expediente–, está que las pruebas encontradas en la escena del crimen fueron ignoradas por la entonces Procuraduría General de Justicia del estado (PGJ).
Se trata de muestras de piel del agresor en las uñas del cadáver de la periodista cuando opuso resistencia; muestras de saliva y huellas dactilares en vasos y botellas del lugar; y una gota de sangre que no era de la periodista; además de que nunca se revisaron las llamadas recibidas en su celular, para corroborar quienes fueron las últimas personas con las que estableció contacto.
Igualmente, otras pruebas que la PGJ no tomó en cuenta fueron videos del Ejército cuando funcionaba el programa “Veracruz Seguro” en sustitución de la policía municipal.
Las y los periodistas que revisaron el expediente sostienen que la PGJ armó su teoría del caso con base en la confesión del sentenciado Jorge Hernández “El Silva”, quien acusó que fue torturado para declarar. Asimismo, retomó versiones de personas ajenas a Regina Martínez, lo que redujo el caso a un “problema pasional”.
Tampoco el trabajo periodístico de la reportera fue tomado en cuenta por la PGJ como una línea de investigación para esclarecer el crimen.
En Veracruz, tan sólo desde que inició la gubernatura de Javier Duarte (1 de diciembre de 2010) a la fecha, ya suman 14 asesinatos de periodistas, entre ellos el de Regina Martínez.
De acuerdo con el informe “Impunidad. Violencia contra Mujeres Periodistas”, que elaboró Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC), de 2002 a 2014 se han registrado 252 agresiones contra comunicadoras, y 13 de estos casos fueron feminicidio.
Hasta 2014, las entidades federativas que más violentaban a las periodistas eran la Ciudad de México y Veracruz, donde agentes del Estado han sido los principales agresores, y los ataques más frecuentes tenían que ver con golpes, empujones o jaloneos, seguidos de insultos o descalificaciones y amenazas.
Fuente: Cimacnoticias