Por Huemanzin Rodríguez
(N22) La cineasta Dana Rotberg presenta en México su última película White Lies(Mentiras blancas) que fue filmada en Nueva Zelanda y allá es un éxito inusitado. Es la película con mayor éxito en la historia de Nueva Zelanda y la vamos a tener en México.
Dana, gracias por este momento. Dana cuéntanos primero ¿por qué filmaste en Nueva Zelanda?.
Bueno hace 14 años me fui a Nueva Zelanda a vivir con mi hija y mi perra y estaba ahí viviendo como mamá, esa era mi intensión, mi propósito, buscar un espacio donde pudiera criar a mi hija por situaciones extra cinematográficas, pero yo estaba ahí con el propósito de poder criara a mi hija.
Hay muchos elementos que configuran la película como son el colonialismo, la identidad o el origen de la identidad en un país colonizado con sus aborígenes y lo que nacieron ahí, pero también las diatribas de la maternidad ¿cierto?
De alguna manera encontré en la excusa de este cuento, lugares en los que podía indagar cosas que me interesan, como por ejemplo en el terreno estrictamente privado: yo y mis problemas de identidad. Por otro lado veo que habito un mundo que se está cayendo a pedazos por el colonialismo y por lo tanto de identidad, o la intolerancia a las otras identidades. Y además contarlo a través de la maternidad que a mí me sobre pasó en términos de significados maravillosos y que se reconocía dentro de la cosmogonía de la cultura Maorí.
Hay otro elemento de identidad que es el de la mujer como pareja contado a través de los deseos o necesidades del hombre con el que se ha casado.
Así es, y que nuevamente nos remite a la mecánica de la colonización: un ejercicio de poder y la maternidad es contraria al poder.
Para eso tengo tres personajes, un personaje que tiene su identidad sumamente anclada, la ejerce con una enorme valentía y convicción. No se le plantea ceder su identidad frente al vasallaje de la colonización. Luego tenemos un personaje de origen mixto, mitad anglosajón y mitad maori. Y luego tenemos un personaje blanco.
Y todo el proceso de escritura del guión y su traducción no solamente a la lengua Maorí, sino al dialecto, fue elaborado absolutamente por la gente de la tribu.
El volver con esta película y que termine de parirse aquí en México es el momento en que la película cumple su ciclo en términos de mi vida.
Enhorabuena Dana y esperamos ver próximamente un nuevo largometraje tuyo.
Muchísimas gracias.