Larga vida, pero en el olvido

Guillermo Robles Ramírez
Por Guillermo Robles Ramírez

Quien se pregunte cuál es la diferencia que marca al ser humano hace más de 150 años, probablemente la mayoría va responder que el Internet, la aviación, las armas o cualquier otro invento, sin embargo, nada de eso es tan importante comparado con el tiempo de vida.

Antes el promedio de vida del ser humano era de 35 o 40 años en promedio, pero en la actualidad se puede vivir casi los 80 años. Y no es para menos ya que el deseo de coexistir con nuestros seres queridos ha hecho que la modernidad en medicina nos permita vivir durante más años ya sea por medio de medicamentos, implantes o el mismo avance de la tecnología como son los marca pasos.

Pero algo que hasta la fecha la ciencia no ha podido combatir son las limitantes de movimiento motriz propio de la edad, pero con un espíritu de corazón joven y las ganas de salir adelante esas arrugas que se tienen por afuera es lo que sobra.

Para nuestro país esto no es suficiente para la gente de la tercera edad porque para comenzar falta mucho sobre la cultura a éste sector de la población y vulnerable porque en México durante años siempre fue identificado como un país joven.

En México el problema de la economía va para largo, es suficiente un comparativo con nuestro país vecino del norte, que aunque se maneje en la teoría que se tiene superado la recesión norteamericana; la realidad es otra ya que la mayoría de las empresas siguen saneando su economía evitando nuevas contrataciones, por lo tanto los estadounidenses desempleados tendrán que seguir esperando a que se les dé una oportunidad de trabajo, dejando en el aire a más de trece millones de personas desempleadas.

El incremento del sector de la tercera edad tiene varias variables comenzando con la situación económica, la planificación familiar es otro factor para el aumento de este sector aumentando por consiguiente cada vez más adultos mayores que en un futuro no muy lejano pasaremos como los países del occidente donde los proyectos de los jóvenes se alargan, pero a diferencia de aquí para alguien que por su edad lo manejan estadísticamente incapacitada para ser productivo lo deja cada vez más vulnerable.

Es triste ver que los adultos de la tercera edad; en la que ha cumplido una persona con su ciclo de productividad en término laboral y económico para una familia a la que pertenece; representando una carga potencial de gasto para la familia a la que se integra desplazándolo en un rincón de la casa, reduciendo su vida social o en ocasiones dejándolo en las famosas casas o asilos del anciano provocando en lo familiar repercusiones como el abandono familiar social, aislamiento, falta de lazos afectivos y pasando a un sector vulnerable ante la comunidad.

La falta de concientización de la gente, cultura y respeto para los adultos mayores se ha perdido u olvidado por las nuevas generaciones siendo importante enfrentar la realidad, que algún día llegaremos a un estado de vejez; tenemos que aprender a convivir con ellos. No hay que sentirnos ajenos a la situación, es decir, el abandono, porque es un problema arraigado dentro de nuestra sociedad y existe la necesidad de extirparla para que no se extienda más.

Pocos gobiernos han dedicado tiempo y han invertido en hacer una plataforma para mejorar la salud, la asistencia alimentaria cuando no la tengan, lugares de cultura y sobre todo espacios de recreación para que no se les vea como un estorbo o un mueble más en la casa.

Ellos son personas, historia y conocimiento que nos pueden entregar una gran cantidad de sabiduría para crecimiento personal, familiar y comunidad para el fortalecimiento de una mejor visión.

Cada vez millones de personas están muriendo por no tener una liquidez para atención médica, y también son pocas las instituciones de salud que el gobierno mexicano no logra tener la suficiente cobertura para las necesidades de las personas que sufren enfermedades crónicas causando gravosos problemas económicos de tratamientos, aunado a eso un incremento considerablemente de pacientes de la tercera edad.

Aparentemente no se le está poniendo atención a éste foco rojo dejándolo pasar desapercibido, donde la autoridad de salud no está tomando en cuenta que es un indicador en el que nuestro país está envejeciendo como población, teniendo resultados las campañas de la planificación familiar aunado a la consciencia de que cada año la situación económica es más fuerte para poder mantener una familia numerosa.

Pero la solución no es crear nuevos impuestos sino tratar de encontrar nuevas herramientas para incrementar el presupuesto asignado al sector salud, o propuestas sólidas para aterrizar esa luz y esperanza de nuestros antecesores llenos de experiencia que si aprendemos a unir el conocimiento con los estudios universitarios México sería otro con un avance mayor en lugar de enterrar lo que para muchos consideramos viejo. Las personas de la tercera edad son muy participativas nada más es cosa de voltearlos a ver para darles esa oportunidad.

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