La Habana, (PL) Los Juegos Olímpicos regresaron a Australia tras Melbourne-1956, y fue la bella y majestuosa ciudad de Sydney, a tono con el nuevo milenio, la encargada de organizar la que es catalogada como la mejor cita estival de la historia.
Tal afirmaciñon es avalada por las condiciones creadas para satisfacer la más mínima de las inquietudes de atletas, federativos, prensa acreditada y visitantes que no pudieron ser superadas por los Juegos de Atenas-2004 ni Beijing-2008 ni Londres-2012.
Sydney acogió a 10 mil 651 deportistas de 199 países, de ellos seis mil 582 hombres y cuatro mil 62 mujeres, quienes compitieron en 300 eventos de 32 deportes.
La cobertura periodística igualmente resultó alta. Por primera vez los más de 16 mil profesionales de la prensa escrita, la radio y la televisión tuvieron su Villa Olímpica, lo que favoreció con creces sus labores.
La local Cathy Freeman, descendiente del pueblo aborigen de la llamada isla-continente, encendió el pebetero, en una muestra de reconciliación para los 400 mil aborígenes australianos. Su posterior título en los 400 metros fue todo un acontecimiento para el pueblo australiano que la catalogó como la medalla de oro más deseada de todas.
Entre los hechos connotados de estos Juegos destacan la tercera medalla de oro consecutiva del boxeador cubano Félix Savón y el tercer cetro del equipo femenino de Cuba de voleibol, conocido como Las Morenas del Caribe.
Savón concluyó en Sydney lo que comenzó en Barcelona 1992 y tras su retiro en 2001 fue premiado con la Orden Olímpica, distinción que le entregó el presidente del COI Juan Antonio Samaranch, que puso fin a su reinado al frente del organismo deportivo.
Las Morenas del Caribe vinieron de abajo para superar a Rusia en la final en uno de los más espectaculares juegos que se recuerda en el voleibol olímpico. Con posterioridad, su central Regla Torres y el entrenador Eugenio George fueron declarados la Mejor Jugadora y el Mejor Técnico del Siglo XX.
Once países de Latinoamérica y el Caribe consiguieron al menos una medalla. Cuba encabezó esa lista con 29 preseas, de ellas 11 de oro, igual número de plata y siete de bronce.
México le siguió con 1-2-3 y se ubicaron después Bahamas (1-1-0), Colombia (1-0-0), Brasil (0-6-6), Jamaica (0-4-3), Argentina (0-2-2), Trinidad-Tobago (0-1-1), Uruguay (0-1-0), Costa Rica (0-0-2) y Barbados (0-0-1).
El triatlón y el taekwondo aparecieron en el programa olímpico, y las mujeres compitieron en pesas y en el pentatlón moderno por vez primera.
Precisamente, en la halterofilia para damas, María Isabel Urrutia le dio a Colombia la primera medalla de oro en olimpiadas, al ganar la categoría de los 75 kilos.
Vietnam celebró, igualmente, la primera presea desde que comenzó a participar en Juegos Olímpicos en 1952, cuando Hieu Ngan Tran conquistó el premio plateado en la división de 57 kilogramos del taekwondo.
Y por Sri Lanka Susanthika Jayasinghe fue también la primera mujer en subir a un podio olímpico, al ganar el bronce en los 200 metros.
Pese a su gigantismo, la excelente organización de los Juegos de Sydney 2000, libre de todo incidente negativo o lamentable, devolvió la fé al movimiento olímpico que sufrió con la desorganización de Atlanta-1996.
El británico Steven Redgrave se convirtió en el primer remero en conquistar la medalla de oro en cinco citas estivales consecutivas, mientras la piragüista alemana Birgit Fischer se colgó al cuello dos preseas doradas, para ser la única deportista en cualquier disciplina en adjudicarse dos títulos con 20 años de por medio. Ya había subido a lo más alto del podio en Moscú-1980.
Estados Unidos encabezó el medallero con 39 títulos, 25 platas y 33 bronces.
China ascendió al tercer lugar por países (59 preseas, de ellas 28 doradas, 16 plateadas y 15 bronceadas). El segundo puesto correspondió a Rusia (32-28-28).
Sydney 2000: Las primeras olimpiadas del siglo XXI
Por Coto Wong