Santiago de Chile, 8 may (PL) La isla Grande de Chiloé, sur de Chile, continuó hoy bajo las protestas de los pescadores con bloqueos a los accesos al lugar ante una crisis generada por la invasión de algas que provocó la llamada marea roja.
Los siete días de bloqueos obedecen a la exigencia del gremio de recibir mayor ayuda económica del Gobierno, a pesar de las promesas de la presidenta de la República, Michelle Bachelet, de respaldar a Chiloé con todos los recursos posibles.
Aunque las manifestaciones se iniciaron con ese objetivo esencial, en una isla donde la población depende casi por completo de la pesca, ahora también tiene acento medioambiental al pedir al Gobierno determinar las causas del fenómeno.
Los pescadores artesanales de Chiloé, enclavada a más de mil kilómetros de Santiago, sospechan que al verterse salmones contaminados al mar semanas atrás se generó la marea roja de microalgas que afectaron a mariscos y algunos peces.
Sin embargo, expertos aseguran que la marea roja no tiene nada que ver con los salmones muertos infectados por otro tipo de microalga. Mientras tanto, la pesca está prohibida en el área.
Las microalgas son el alimento de varias especies marinas como los moluscos, que al ser consumidos por éstos pueden provocar problemas de salud.
Son el comienzo de la cadena alimenticia marina ya que son absorbidas por moluscos que filtran el agua. Este aumento exagerado es nocivo. Cuando son consumidos por el hombre, causan enfermedades bastante peligrosas.
Bachelet, a través de sus ministros, propuso un bono de 450 dólares y la mitad de esa cifra mientras persista la marea roja, la cual fue rechazada. Subió luego a cuatro bonos por mil 100 dólares y de momento no hay respuesta.
La mandataria admitió que la situación era muy delicada y es un problema no menor para las arcas del Estado, pero prometió buscar soluciones razonables.