Londres, 9 may (PL) Tres mil kilómetros de espesor de rocas calientes de silicato, situados entre la corteza y el núcleo terrestre, empujan la superficie del planeta en un movimiento similiar al de un yoyo, se conoció hoy.
Científicos de la Universidad de Cambridge realizaron un estudio con mediciones del manto de la Tierra en dos mil puntos de los océanos y determinaron que los movimientos ondulatorios son diferentes a las predicciones hechas por otros geólogos durante los últimos 30 años.
Las ondulaciones influyen en la formación de montañas y la actividad volcánica y sísmica en los lugares donde descansan la mitad de las placas tectónicas, como Hawái y algunas zonas de Estados Unidos, explicaron los investigadores en el estudio publicado en la revista Nature Geoscience.
Sin embargo, la actividad volcánica de las islas de Hawái no lo determina su localización en el medio de una placa tectónica, sino el flujo ascendente del manto en su interior.
El hallazgo confirmó que en un millón de años, la superficie del planeta se desplazará cientos de metros hacia arriba y hacia abajo.
Este proceso afectará la velocidad del flujo en los sedimentos alrededor y la generación de los hidrocarburos, factores determinantes en sectores como el petróleo y el gas.
Por otro lado, a partir de observaciones de la profundidad del fondo del mar, los especialistas construyeron una base de datos de los movimientos del manto y descubrieron que este transmite calor de «forma caótica», con escalas de longitud en el orden de los mil kilómetros.
Además, destacaron que la rapidez de las oscilaciones en el fondo marino bloquea la ruta de las corrientes de agua y afecta la estabilidad de las capas de hielo.
Según el estudio, la superficie se mueve más rápido de lo esperado, y esta puede ser una de las causas del cambio climático en el pasado.