Lima, 12 may (PL) Una insólita igualada perfecta mantienen los candidatos presidenciales finalistas, Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski, en una encuesta privada difundida hoy, que registra 50 por ciento de intención de voto para cada uno.
El resultado corresponde a un simulacro de votación realizado por la empresa Datum y contradice uno previo de Ipsos, que consignó una ventaja de 2,8 por ciento para Fujimori, aunque dentro del margen de error prevista.
El nuevo resultado, que registra un ligero descenso de Kuczynski y consiguiente ascenso de Fujimori, respecto al anterior sondeo de Datum, no considera los votos en blanco (9,9 por ciento) y viciados o nulos (5,5), los que tampoco serán tomados en cuenta en la segunda vuelta electoral del 5 de junio.
La estrecha pugna contrasta con el resultado de primera vuelta, realizada el 10 de abril, cuando la joven hija del expresidente Alberto Fujimori -preso por crímenes de lesa humanidad y corrupción- obtuvo más de 39,85 por ciento y el político y empresario de 77 años 21,01.
En el desglose de los resultados, Kuczynski gana en Lima y las regiones sur y centro del país, mientras Fujimori se impone en el norte y el oriente del país.
Entretanto, los candidatos intensifican sus esfuerzos para romper el empate en las encuestas, de relativa validez si se tiene en cuenta que tienen un margen de error que en el caso de Datum es de +-2,8 por ciento.
Kuczynski firmó ayer un pacto con la Federación de Trabajadores de la Construcción, de orientación progresista, la cámara empresarial del sector y el Colegio de Ingenieros, para impulsar la actividad y excluir a seudo-sindicatos que practican la extorsión y cuyo principal dirigente es aliado de Fujimori.
Previamente sumó a sus filas a los exmagistrados progresistas Avelino Guillén, fiscal acusador del expresidente Fujimori en los juicios en los que fue condenado a 25 años de cárcel; e Inés Tello, quien condenó a los integrantes del ilegal destacamento militar Colina, ejecutor de matanzas de sospechosos de narcotráfico.
Por su parte, Fujimori desarrolla una intensa gira por las regiones andinas central y sur, donde su rival la supera en intención de voto, merced al vuelco del electorado progresista a su favor, por rechazo a la posibilidad que la candidata establezca un régimen de mano dura similar al de su padre (1990-2000).
Ambos postulantes, que coinciden en la defensa del modelo neoliberal, intercambian ataques en diversos tonos y tratan de explotar los puntos débiles del contrincante, en el caso de Fujimori la persistente sospecha de que sus estudios y los de sus tres hermanos fueron pagados con dinero del Estado.
Fujimori, tras resistirse, aceptó el reto de su rival de participar en un segundo debate entre ambos, en el norte del país, el 22 de mayo, además del central, a realizarse en Lima el 29.
La candidata recibe críticas por negarse a debatir con Kuczynski en la sureña ciudad de Arequipa, sobre los problemas del sur, territorio de fuerte presencia progresista y tradición marcada de lucha social.