Roma, 13 may (PL) El papa Francisco definió hoy como problema moral y enfermedad social el desempleo que enfrentan los jóvenes en el mundo, despojados de sus esperanzas, creatividad e intuición.
Al intervenir en la Conferencia Internacional de la Fundación Centesimus Annus el Sumo Pontífice señaló que la tasa de desocupación juvenil es un escándalo y denunció cómo la economía de exclusión e inequidad llevó a un número mayor de personas a la condición de improductivas e inútiles.
Francisco instó a una solidaridad global y al desarrollo de un enfoque más equitativo ante las necesidades y anhelos de las personas, al tiempo que apeló a una economía mundial a favor de la dignidad humana y al servicio del bien común.
La dramática situación social, acorde con Su Santidad, no es exclusiva de naciones pobres que sufren con mayor agudeza las calamidades.
Esa adversa realidad, acotó, crece en las sociedades más desarrolladas, donde también el avance de la pobreza y el decaimiento social son una seria amenaza para las familias y, sobre todo, para los jóvenes.
En la Conferencia Internacional de la Fundación Centesimus Annus, el Obispo de Roma habló también sobre la creciente crisis de los refugiados y cómo la comunidad internacional debe encontrar respuestas políticas, sociales y económicas de largo alcance.
Centesimus Annus es una fundación sin fines de lucro creada por Juan Pablo II, diseñada para promover el estudio y la difusión de la doctrina social cristiana.