Tokio, 23 may (PL) El presidente estadounidense, Barack Obama, recibirá muestras de rechazo y desamor en Hiroshima cuando realice una visita a esa ciudad japonesa, la primera de las dos únicas víctimas de un bombardeo atómico.
Obama tiene previsto una reunión con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, quien prometió que le exigirá medidas efectivas para evitar crímenes como el cometido por un exmarine norteamericano y ahora trabajador civil en una base militar en Okinawa.
Arrestado por la policía local, al sospechoso lo filmaron cámaras de seguridad en el momento en que tiraba el cadáver de una ciudadana japonesa de 20 años de edad.
Con posterioridad, el presunto asesino confesó que violó y estranguló a la joven.
Analistas consideran que esa atroz acción, echará agua fría en las relaciones bilaterales entre los dos principales aliados del Pacífico, como lo refleja la indignación mostrada por Abe con declaraciones en que califica ese hecho de monstruoso y cruel.
A Obama también le espera otro momento poco amigable, en tanto que el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, será portador de un mensaje firmado por poco más de 80 mil japoneses, en el cual demandan la abolición del uso de las armas nucleares.
Una veintena de adolescentes recolectó esa cantidad de rúbricas con la aspiración de que lleguen al presidente norteamericano de manos de un grupo de hibakushas (sobrevivientes del bombardeo atómico en 1945).
Tal vez las voces de los hibakushas ayuden al presidente estadounidense en una resolución más firme de liberar al mundo de tan terribles armas, precisó el alcalde de Hiroshima.
Barack Obama asistirá a la cumbre del grupo de los siete países capitalistas más ricos prevista para este viernes y sábado en la localidad japonesa de Ise-Sima.
Una de las grandes expectativas generadas por la presencia del mandatario en Japón, incluye la promesa de visitar Hiroshima y así se convertirá en el primer presidente norteamericano en activo que recorrerá ese centro urbano.
El 6 de agosto de 1945 un avión estadounidense, el Enola Gay, dejó caer la primera bomba atómica de la historia sobre Hiroshima, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial.
Ese letal artefacto causó la muerte casi inmediata de unas 70 mil personas y a lo largo de los últimos 70 años continuó su secuela mortal con otros miles de fallecidos como resultado de las radiaciones nocivas, entre otros males.