- Desaliento General
- Amnesia Productiva
- Gustos de Cinéfilo
Priva el desaliento de cara a las elecciones del domingo venidero. Sólo tres días, dicen, para meditar cuando los elementos ofrecidos para ello son mínimos como máximas son las tensiones en una proporción casi exactamente inversa. No se puede meditar ante el acoso de los propios aspirantes cuyas dirigencias, y ellos mismos, no señalaron las múltiples denuncias contras sus adversarios sino hasta que se los encontraron en sus caminos; mala cosa es proceder por rencor, desesperación o simplemente por temor.
Pese a lo anterior debiera ser una obligación, de los partidos y de quienes son sus abanderados incluso con la pretensión de alcanzar la Presidencia de la República dentro de dos años –ninguna sociedad en el mundo soporta tanto como la mexicana-, darle continuidad a las acusaciones después de la jornada electoral sobre todo si se trata de recuperar su deteriorada credibilidad pública. Para la perspectiva futura es muy importante, mucho, tener la certidumbre de quienes nos engañaron como si fuéramos un rebaño de irracionales. No niego que la ciudadanía también es culpable y en alto grado no sólo por tolerar la presencia de candidatos criminales, en no pocos casos, sino por la cerrazón tremenda que surge de la ignorancia.
Todos tienen una enorme “cola” detrás. El partido de la derecha llevará siempre sobre sí el estigma de haber postulado a un delincuente en Veracruz y reforzar a otros en Puebla; el PRI podrá tirarse la pelota entre quienes indican que el peñismo es un factor negativo para la institución y cuantos aseveran aún que el mandatario fue mal asesorado por los que ahora se rebelan contra él, digamos el poco escrupuloso Manlio Fabio Beltrones cuyos conocimientos del “sistema” no fueron suficientes para levantar la cara; el PRD en su agonía sin remedio sólo tiene esperanzas en sus alianzas turbias; y MORENA parece dispuesto a recoger las sobras de los postulantes cuyas guerras sucias alimentaron a los terceros en discordia.
Nadie duda, precisamente, que el “mal humor social” –como define el presidente sin entender por qué se ha dado de acuerdo a sus vacuas sentencias-, tiene origen y se arraiga, sin remedio, en los espíritus negligentes, ociosos y temerosos de una buena parte de los mexicanos; no alzan las manos pero insisten en que están molestos sin resolver las razones de su patología. Incluso, como si se tratara de un juego de tenis, van con la pelotita, de un lado a otro, siguiendo las líneas de las manipulaciones sobre si son o no válidas las manifestaciones contra un gobierno putrefacto.
Por supuesto, la violencia y la rebelión incesante del magisterio –en el gobierno se alega que no respetaron los mentores en rebeldía los “acuerdos” que nadie dio a conocer con exactitud-, serán factores relevantes en las entidades llamadas a ejercer el voto, en doce de ellas eligiendo gobernadores aunque la legitimidad de los mismos sea puesta en duda desde ahora por los considerandos acerca de la abstención y de las minorías escasas que los apoyarán. En democracia no cabe validad a los menos porque los más diseminan sus sufragios o desprecian los procesos por cuanto a la contaminación evidente que sufren.
¿Alguno de mis amables lectores, a setenta y dos horas de las elecciones en trece entidades –más la de la Ciudad de México en pos de un Congreso Constituyente-, está seguro de que serán limpias y, por ende, válidas dentro de un océano de aguas negras repleto de cabos nauseabundos, cadáveres y la pus de la cobardía que sigue aceptando imposiciones y desvíos a su voluntad? Estoy cierto que la mayor parte de ustedes responderá negativamente en ausencia de valores con peso suficiente para opinar en otro sentido.
Bien sabemos que en el norte del país, la “guerra” inútil contra el narcotráfico –más muertes y ni un solo gramo menos de drogas de exportación por las sendas señaladas por la “inteligencia” estadounidense que jamás se autocalifica-, obliga a los principales “capos” a contar con la tolerancia de algunos gobernadores rapaces, como lo han sido los Moreira en Coahuila y en casi toda la frontera sin distingos de partidos, y la colocación de elementos afines, amancebados y de rodillas, en los palacios de gobierno. Quien dude lo anterior bien le valdría otear la perspectiva dolorosa de Tamaulipas y Chihuahua para entender el porqué de las hondas e insalvables diferencias entre los intereses cupulares –no copulares aunque también los hay-, y los de una colectividad rehén. El miedo es consecuencia, sobre todo, de la impotencia… como en las grandes dictaduras.
En resumidas cuentas nadie espera un cambio sustantivo tras la jornada dominical o demencial por las reiteradas llamadas a votar a sabiendas de que cada sufragio sólo valida el estado de cosas y los acuerdos soterrados entre los partidos políticos, incluso MORENA cuyo dirigente se dice impoluto pero y abrió las alas de los acuerdos debajo de la mesa para avanzar conquistando alguna gubernatura “clave” aprovechando las evidencias públicas sobre algunos rufianes en campaña. Es como una salida extrema a las equivocaciones originales de los dirigentes partidistas quienes ya percibieron cuanto pasaría si se encaraman los más procaces miembros de la mafia.
Los veracruzanos, tamaulipecos, chihuahuenses, oaxaqueños, poblanos, quintanarroenses, etcétera, no son tan tontos como piensan en el centro del país los políticos de cuello blanco. Y ya percibieron los riesgos de andar de la mano con elementos, como los respectivos gobernadores en ejercicio de sus entidades, dispuestos a vender el alma popular a los demonios de la impudicia, la sevicia y la desenfrenada corrupción, la más alta de la historia del país.
Vamos sobre un tren cuyas vías están por agotarse sin conocimiento del maquinista. Cada riel es una elección frustrada y frustrante. Antes de la jornada ya se habla de anular los comicios en algunas entidades –sobre todo Veracruz-, por efecto de las suciedades que cada uno de los contendientes se arrojó a la cara y las insolentes advertencias de los abanderados a sus respectivos institutos políticos. Como en alguna ocasión definió fox en 2000, se sienten superiores a las siglas que los arropan presos de una soberbia inaudita e infecta para disimular sus graves pecados originales. A mayor intolerancia, más oscuras historias que evitan dar a conocer. Es un síntoma inequívoco de la desvergüenza y el indecoro ante una ciudadanía ahíta, despechada y que considera inútil informarse de cuanto han hecho sus candidatos; prefieren, alegan algunos, ignorar la podredumbre para seguir viendo, felices, la televisión incolora e inodora.
Por lo mismo, claro, existe tanta confusión respecto a los movimientos magisteriales. Son odiosas las manifestaciones pero, curiosamente, se acusa a quienes las realizan para hacerse escuchar y se olvida que el numen de las mismas está en el gobierno que, de manera lastimosa, ha renunciado al diálogo culpando de ello a la contraparte. Señor Aurelio Nuño Mayer: usted forma parte del gobierno y su poder deviene del mandatario quien obedece-; y, por ende, está obligado a buscar el acercamiento con quienes son parte intrínseca de los mandantes –los mexicanos en su conjunto-, y los intercambios necesarios para acordar cuanto sea necesario para destrabar la conflictiva, incluso modificando la selectiva reforma educativa que tuvo, como fin principal, encarcelar a elba esther gordillo, la lideresa que se pensó “guerrera”, a costa de violentar los derechos de miles de maestros. ¿Y las condiciones vergonzosas en las que funcionan el setenta por ciento de los planteles? ¿Quién responde por la ausencia de planes de estudio adecuados a la época? En este punto es en donde se aparece el espectro de Poncio Pilatos y su palangana de aguas turbias.
Ya basta de hipocresías, señores peña y Nuño. Ustedes saben, muy bien, cuál es el meollo de todo: tener a una mayoría de educandos en la inopia y la ignorancia para posibilitar que los pudientes, quienes cruzan doctorados en el exterior, dominen a México para entregarlo, paulatinamente, a la gran potencia de occidente. No busquen más explicaciones.
Debate
A la derecha le viene bien la temprana amnesia de los mexicanos. ¿O también ésta ha sido negociada por el gobierno de peña nieto para asegurar la vigencia del Pacto por México, fallecido ya, aun cuando el PRD y el PAN insistan en apostar por candidaturas, en alianza, a contracorriente de la historia? ¿Se vale todo con tal de zancadillear al odiado PRI? ¿De verdad tienen forma de probar, las dirigencias panistas y perredistas, que sus gobiernos y líderes no sólo han sido mejores a los atrofiados del PRI sino con capacidad suficiente para gobernar y asegurar el desarrollo de las regiones que toman por suyas? Los ejemplos están muy a la vista y, salvo alguna excepción, quienes han ganado en alianza ofrecen muy malos resultados porque, sencillamente, crecen los elementos de ingobernabilidad y no el optimismo del cambio que es tan fugaz como la asunción de los mismos. El episodio más reciente fue el de ángel aguirre rivero en Guerrero. Y ya viene MALOVA y Rafael Moreno Valle.
Las alianzas turbias, sin otro sentido que evitar victorias priístas en ausencia de las segundas vueltas electorales que pondrían a cada quien en su lugar –la iniciativa presentada por calderón se quedó en el archivo, a sabiendas de éste mismo y sin apoyo siquiera de los miembros de la legislatura anterior afines a él-, y evitarían esta maraña inacabable de acuerdos soterrados por sucios y denigrantes. No le demos más vueltas a las hojas. Así ha sido y así se pretende que sea en las entidades cuyos gobiernos están en juego: Sonora, para el PAN; Querétaro, en duda; Colima, Campeche, Guerrero y San Luis, para el PRI; Michoacán y posiblemente Baja California Sur, para el PRD; y Nuevo León, para un independiente ex priísta.
La Anécdota
Hace un tiempo, quizá hace dos años, saludé como tantas otras veces a Porfirio Muñoz Ledo. Estaba por entrar a Cinemex en plaza antara, en el distrito federal. Tenía dos opciones a eligir entre la cartelera: «un lugar secreto» o «cambio de identidades». Le di un abrazo -hacía tiempo que no le veía, en mangas de camisa y sin rasurar-, y me consultó amablemente cuál cinta escoger. Le respondí que las dos le iban de maravilla. Y acabó metiéndose a la primera porque comenzaba más temprano. Yo decliné de las salas vips y opté por ver, en una normal, La Batalla del cinco de mayo, otro intento por hacer sublime a Don Porfirio… Diaz ¿puras casualidades? Diversiones nunca faltan.
Los vaivenes en política no sólo muestran ausencia de ideologías sino de futuro,
no únicamente personal sino a nivel de instituciones y gobiernos.
Por eso las alianzas fracasan ante quienes creyeron en una mejoría en las acciones públicas
y se enfrentan, en este momento, a un mar agitado de componendas malsanas e ineficaces.