Desafío: ¿Candidato Perfecto?

Por Rafael Loret de Mola

  • La Espada Financiera
  • Opciones para Ricos
  • ¿Candidato Perfecto?

En el análisis político es frecuente que se soslayen los aspectos económicos que, en este momento, están señalando los cursos de los gobiernos de Europa e incluso de los Estados Unidos. Las tendencias políticas no varían de manera gratuita y sería ingenuo, a estas alturas, aceptar la teoría de que nuestros votos son determinantes para el ejercicio democrático. La economía, más bien, pone las cosas en su lugar. Veamos.

A).– Hace algunos años, la periodista Ixone Díaz Landaluce entrevistó al respetado académico y economista, Angus Deaton, reconocido como una de las voces más influyentes en el renglón, para analizar los riesgos de la crisis recesiva que comienza a hacer estragos en Europa… y los Estados Unidos. Y señaló, sin tapujos:

-“Las crisis están creadas para beneficiar a los ricos. Así tienen más fácil reescribir las normas”.

La contundencia de sus palabras alerta sobre un mayor distanciamiento entre los sectores pudientes y pobres en una globalización que aprieta a los últimos y los obliga a la búsqueda de opciones viables para poder sobrevivir. De eso se trata, precisamente, el gran desafío universal. México, desde luego, está muy alejado de una resolución a corto plazo porque ha puesto su destino, con la mano derecha, en manos de los nuevos colonizadores europeos y estadounidenses que disponen como quieren de nuestro mercado, tal y como ocurrió en 2008 –un año catastrófico también en materia de política y seguridad nacional-, cuando los bancos españoles de origen dispusieron de los dólares que circulaban en México para blindarse en Europa; gracias a ello, pudieron solventar sus propios apremios reconociendo que las utilidades provenientes de nuestro país habían sido hasta del sesenta por ciento del total de sus beneficios. Con ello, simplemente, se confirma la dimensión de los arreglos cupulares a favor de los ingerentistas. Por supuesto, las facturas están por cubrirse.

B).- El gobierno de México, insistimos, no está preparado para un nuevo sacudimiento económico, mucho menos si los primeros síntomas del sismo se dan antes de la realización de las elecciones. De ser así, es obvio que los presuntos votos del miedo se convertirían en votos del rencor, con tremendas consecuencias contra el gobierno constituido, como ya sucedió en España y Francia. Esta condición eleva considerablemente la tensión entre los miembros del gabinete financiero del señor peña nieto quien, de hecho, tiene toda su preocupación puesta en sí mismo y en su eventual salida, negociándola abiertamente, antes de que las consecuencias le tomen desprevenido; sin embargo, no se sabe hasta que punto los tsunamis económicos llegarán a nuestro territorio y con cuanta capacidad de devastación en una hora política crucial.

C).– México es un filón para los inversionistas del exterior. Fíjense: pese a la mala publicidad sobre la violencia incontrolable, no dejan de fluir los capitales pensando en que ahora es el momento de comprar barato… lo que volverá a su precio en cuanto pasen las hostilidades o se reduzca el ámbito de inseguridad con una posible alternancia de por medio. En el fondo éste es el juego y es muy difícil que cambie de curso. No se trata sólo de los votos sino de los intereses suscritos. De allí que los sondeos cotidianos de opinión marchen a la medida de los momios que han establecido los grandes consorcios. Quizá cuando reaccionó López Obrador al respecto en 2012 ya era, para él, demasiado tarde. No para peña nieto. ¿Qué pasará con los operadores de importación, financiados por la casa presidencial para “sacar adelante” a su partido? ¿Cómo podrán justificarse a futuro? ¿O acaso, debajo de la manga, juegan a doble banda para asegurarle a peña un refugio digno… en Barcelona o en otro lugar de la futura Cataluña independentista?

El factor incontrolable, como también anunciamos desde mucho antes del arranque de las campañas, es el cibernético. De allí han surgido las rede sociales con fuerza tremenda, con el formato de los “indignados” cuyas primeras voces se escucharon en la Puerta del Sol madrileña para luego extenderse hasta Nueva York, con una enorme capacidad de convocatoria. Un elemento inusitado en las campañas que ha ido mermando, poco a poco, el prestigio y presencia de cada uno de los abanderados. Obviamente, quienes se ha llevado las mejores partes son los aspirantes a gobernadores sobre todo en donde la pedantería de quienes se van y sus peculados descarados han hecho trizas cualquier intención democrática seria.
En fin, insistimos en que en el análisis político es frecuente que se soslayen los aspectos económicos.

Debate
Los políticos, y en especial los candidatos a distintos cargos de elección popular, ya no ocultan sus preocupaciones sobre la fuerza intrínseca de las llamadas “redes sociales” sobre las que advertimos hace tiempo, de cara al inicio del proceso sucesorio en el régimen federal en 2012. Tres años, nada menos, en los que se tildó de “especulaciones” cada análisis referido al fenómeno cibernético como si éste, por sí, fuese sólo parte del anecdotario sin capacidad real para voltear unos comicios o, sencillamente, paralizarlos, una estrategia que no está muy alejada de la mente de los pro-continuistas a la orden de Los Pinos.

En los días de la campaña presidencial de 2012, por cierto, una fuente de inteligencia militar me advirtió sobre la cadena de mensajes en mis correos electrónicos en distintos sentidos, esto es de acuerdo a la dirección de los señalamientos sin el visto bueno de ninguna de las dirigencias partidistas; otros colegas, la mayor parte, acostumbran a votar antes de tiempo para inducir a sus lectores; no yo. Me dijo:

-Hemos detectado que el cincuenta por ciento de este tipo de envíos –con palabras altisonantes y descalificaciones sumarias-, provienen de blockeros reclutados por un grupo muy afín a López Obrador aunque no sabemos si lo hacen por voluntad propia o guiados por un interés mercenario o fanático.
-¿Y el otro cincuenta por ciento, general? –pregunté con aire de ingenuidad-.
-Ya se imaginará usted –respondió perfilando, con señas, la banda presidencial-.

Entre “dios” y el diablo. Más atrás, los priístas reaccionaron con cautela, rebasados, en tiempo y espacio, por sus adversarios. Por eso no cuadran las cuentas y las encuestas: en el mundo cibernético, paralelo a los hechos pero más real y tangible para cuantos están inmersos en el mismo.

Fue esto –debo reconocerlo- lo que avizoró Leopoldo Gómez, subdirector de Noticias de Televisa, cuando me habló, en febrero de 2010, de aquellos instrumentos que serían muy influyentes durante la campaña presidencial y que ni siquiera conocíamos entonces. Y no sólo hablamos de las redes sociales cibernéticas sino de cuantas surgen de los dramas personales enardeciendo a las víctimas vivas de las víctimas muertas. Justificaba a su empresa, lo que es arduo de verdad, pero previó sin duda hacia donde llegaríamos. Y se quedó corto.

La Anécdota
El caso es que, pese a las múltiples advertencias, en el PRI, y en menor escala en el PAN y PRD, no se blindaron suficientemente en cuanto a los alcances de las redes sociales en donde algunas estrellas de la farándula tienen más de un millón de seguidores a los que pueden influir sin la menor cortapisa. Por ello, claro, se indignan los expertos en estos menesteres y cuantos juegan a estar en todas sin moverse, salvo las yemas de los dedos claro, abstraídos totalmente de su entorno y sin capacidad para el disfrute de otras sensaciones.

He observado, recientemente, a centenares de jóvenes con el celular o el IPOD en sus manos, febrilmente contagiados del furor por entrometerse en las vidas ajenas o convertir las suyas en rehenes permanentes de los cibernautas, aislados de los espectáculos con tal de seguir en línea. Es una adicción que quien sabe cuánto daño o cuánto bien puede causar porque, hasta hoy, nadie ha investigado sus efectos síquicos que han modificado incluso las reglas de vida.

Destazándolos políticamente, ninguno de los candidatos se salva.
Por ello, es mejor analizar intenciones y fond
y resolver la controversia sobre el destino de México sin buscar al personaje perfecto.
No lo hay, sencillamente.

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