- El conductor publicó en redes sociales que decidió ‘dormir’ a quien fue su mascota por 8 años, ya que padecía cáncer en los huesos.
CIUDAD DE MÉXICO.- Marco Antonio Regil, conductor del programa de concursos Recuerda y gana (aunque muchos lo conocen por 100 mexicanos dijeron), publicó en Facebook un video en el que entre lágrimas cuenta a sus seguidores que su perra Lucy ha fallecido.
“Lucy fue algo muy especial. La adopté cuando tenía cuatro años y fue cuando hice mi cambio a ser vegano, a meditar. Mi vida cambió mucho hace ocho años y Lucy fue parte de ese cambio”, relata Regil en el video.
Un día antes, Regil publicó otro video también en Facebook en el que explica que después de tratar a su mascota contra el cáncer y tras consultar a varios veterinarios, decidió dormirla para evitarle más sufrimiento.
“La quimioterapia no es algo que quiera obligarla a hacer porque sería muy doloroso para ella, y no quiero que pase por tanto dolor, por eso la vamos a poner a dormir”, comentó el presentador.
En la sección de comentarios, los usuarios apoyaron su decisión. «Ánimo, al menos tuviste la oportunidad de dormir a Lucy y que descansara de su dolor», escribió una de ellas. «Mi peludita murió de la manera más cruel y dolorosa en mis manos y sin poder hacer nada por ella. Jamás lograré superarlo».
Lucy nació el 5 de mayo de 2002 y antes de ser adoptada por Regil vivió con una familia en Phoenix Arizona que, luego de cuatro años, la abandonó en un jardín.
La organización Arizona Lab Rescue la rescató y fue a través de su página como el conductor encontró a Lucy y la adoptó. Ocho años más tarde, la perra enfermó de cáncer de huesos y se fracturó una pata, situación que llevó a Regil a tomar la decisión de practicarle a la perra la eutanasia.
Desde que adoptó a Lucy, el presentador mexicano se convirtió en promotor de la adopción y esterilización de perros, sobre todo en edad adulta.
De acuerdo con el último censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México hay 18 millones de caninos de los cuales solo el 30 por ciento tiene dueño y el resto vive en la calle.