Por Blas A. Buendía
La molestia, el enojo y la indiferencia, fueron factores primordiales para que la sociedad se mostrara prácticamente impávida, sin ningún incentivo que pudiera conmover sus ánimos y sus emociones, porque poco le importó la tendencia de desvalorizar lo que la izquierda siempre se ha empeñado, con desvelos, para que la Ciudad de México tenga su propia Constitución, no antes de conformar el grupo Constituyente que le dará el primer respiro a esta tan esperada Carta Magna capitalina.
El fenómeno de la corrupción ha sido un flagelo partidista que no solo es propiedad del PRI o del PAN, y mucho menos del PRD o de otros institutos políticos minoritarios, sino es la paradójica acción por combatir a esos personajes bisoños metidos como “políticos” o funcionarios de Gobierno que se han aprovechado para enriquecerse ilícitamente bajo el amparo del poder, soslayando los protocolos de transparencia.
Aun con los triunfalísticos cantos de sirena, el domingo 5 de junio ningún partido político resultó triunfador; ese 5 de junio las y los capitalinos demostraron que están molestos, que están enojados y la indiferencia fue su respuesta. Un 28 por ciento de participación no puede dejar satisfechos a nadie, y con ese monstruoso abstencionismo, todos los partidos políticos deben ahora asumir y enfrentar su histórica responsabilidad.
Extrañamente y en definitivo, ni partidos ni organizaciones sociales ni medios de comunicación fueron capaces de hacer entender y sentir la importancia de que la sociedad capitalina contará con su primera Constitución; algo extraño cuando las y los capitalinos son los más críticos y exigentemente politizados de qué país desean tener.
Resulta paradójico que un nuevo Acuerdo Social, una Carta propia de libertades y derechos, no haya encendido los ánimos y las emociones, no sólo para salir a votar, sino para involucrarse de lleno en este histórico proceso. Los rostros de los políticos muestran la desesperanza, aunque presumen “no estar derrotados”.
Para el corazón de la sociedad capitalina, no existe más que la rectoría del Estado a través de su Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, promulgada en 1917 a costa de los sacrificios que generaciones ofrendaron sus vidas a raíz de la Revolución Mexicana de 1910. Después de este extraordinario e histórico documento, todas las comparativas se le puede calificar como auténticos bodrios.
La sociedad en su conjunto, ha demostrado que es más que los partidos políticos; sin ella, no existirían esos institutos embrionarios que explotan en todos los sentidos, el erario federal a través de las prerrogativas que la ley federal electoral les otorga y no son unos cuantos dineritos, sino billones de pesos que el Estado destina anualmente para no dejar caer la incipiente democracia que más de 120 millones de mexicanos exigen para que sus ideales se enriquezcan, so pena que la política nunca ha dejado de ser un negocio redituable para las familias, los clanes y los grupúsculos saqueadores.
Se entiende, atinadamente, que el PRD –cuán descolorido comenzó ya a verse-, sigue pagando políticas mal aplicadas y en ocasiones mal entendidas, como el endurecimiento del Hoy No Circula, que si bien es una medida que va acorde con la ideología de que el auto particular debe dejar de ser el eje de la movilidad en la ciudad azteca, ha afectado de manera inequitativa a la ciudadanía, pues al no aplicarse medidas integrales y en toda la zona conurbada, los automovilistas de la ciudad, con justa razón, no comprenden por qué tienen que ser los únicos que contribuyan a la necesaria y urgente lucha contra la contaminación, que, en la coyuntura, debe ser una de las principales tareas del Estado.
Los actos de corrupción y la falta de transparencia ya no deben tener cabida en el partido azteca y en ningún otro instituto político, se debe atajar ese flagelo sin otorgar concesiones de ningún tipo. Encarcelar a quienes lo merecen, así de simple.
Si Andrés Manuel López Obrador hubiera obrado cabalmente con su slogan “honestidad valiente” cuando fue Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, castigando a los actores de los video-escándalos donde claramente se observó el juicio bajuno de sus ladronzuelos de poca monta, su carrera política lo hubiera encumbrado hacia la Presidencia de la República.
Decidió proteger a sus rateritos ambiciosos. De haberlos castigado de por vida, el ciudadano López Obrador se hubiera convertido en el pilar de la honestidad, pero ¡no!, prefirió abrir ese paraguas de impunidad, y para colmo, el tabasqueño también le entró al terreno de las sospechas, aparentemente enriqueciéndose a manos llenas en la construcción de los Segundos Pisos, presume la vox populi.
Para el líder del partido amarillo, Raúl Flores García, “todas las fuerzas políticas también tienen responsabilidades de gobierno. Justificó que con todo y la baja participación de la gente en las urnas el domingo 5 de junio, se confirmó que “la ciudad sigue votando a favor de la izquierda, y el mandato es claro –dice- continuar con la defensa de las libertades y avances que el PRD ha conseguido y que las y los ciudadanos quieren acrecentar”.
Flores García celebra que su partido, el PRD, será el partido que más representación tendrá en la Asamblea Constituyente, “porque no debemos olvidar que la Constitución de la Ciudad de México es y será un logro de la izquierda; de esa izquierda que en su momento unida dio la batalla una y otra vez, hasta que consiguió la Reforma Política de la Ciudad aun tras la división de quienes juntos emprendimos desde hace mucho la lucha por nuestra plena autonomía y por un trato justo en la relación con el Gobierno federal y el resto del país”.
Anuncia: “Y para seguir siendo la primera fuerza política en el 2018, a pesar de la mayor fractura de la izquierda (promovida hábilmente por la histórica envidia de López Obrador), el camino no será nada sencillo. No será fácil recuperar la confianza de las y los capitalinos que hoy muestran decepción o, peor, indiferencia hacia nosotros”.
Pero ya comenzamos -dijo con bombo y platillo. Hace unos meses –recuerda- había quienes auguraban que no llegaríamos a conseguir ni 10 lugares en la Asamblea Constituyente. Hoy sabemos que con nuestras y nuestros candidatos aquí presentes se ganarán al menos 19 lugares para pelear y seguir con la lucha por las causas y temas que más nos interesa defender a las y los capitalinos.
Remarca: “Ya comenzamos porque entendimos que el partido tiene que regresar a su vocación de origen, porque pusimos al partido en las manos de la sociedad civil. Ya comenzamos porque a pesar de las presiones de algunas expresiones internas se lograron acuerdos como este, para que mujeres y hombres externos de lucha y con importantes trayectorias conduzcan junto con nosotros al Partido del Sol Azteca.
“Hace un año –continuó- la división de la izquierda dejó entrar al PAN y al PRI con mayor fuerza a la Ciudad, ayer (domingo 5 de junio) refrendamos que las y los chilangos son de izquierda, y que el PRI y el PAN no tienen ni tendrán lugar en la capital del país que mal han gobernado durante un siglo”.
El también diputado perredista y vice coordinador del Grupo Parlamentario del partido sol azteca en la Asamblea Legislativa, considera que pese al gran abstencionismo que se configuró el 5 de junio, “ahora tenemos que demostrar qué izquierda somos, tenemos que demostrar en el Gobierno central, en las delegaciones, en la Asamblea Legislativa y en la Asamblea Constituyente, de qué y para qué estamos hechos.
“Para eso –apunta- tenemos un año y medio por delante. Un año y medio en el que tenemos que concentrarnos en luchas específicas como impedir de una vez por todas que las desarrolladoras inmobiliarias y los grandes consorcios sigan depredando nuestra ciudad, nuestro suelo de conservación y expulsando a las familias de sus colonias de origen; tenemos que hacer que el derecho más importante de las personas sea una realidad y no sólo de papel: el derecho al agua y a un ambiente sano”.
Aprovechó la coyuntura y su posición política para exigirle al presidente Enrique Peña Nieto y a su Gobierno que implementen medidas integrales, que destine recursos suficientes para ampliar el transporte público y que las gasolinas dejen de estar mermando gravemente la salud de millones. Tenemos que seguir dando la batalla por un salario digno y por enfrentar la informalidad laborar y darle cauce”.
Raúl Flores anuncia finalmente que el PRD-Gobierno tendrá que acabar con la discriminación, la segregación y con la violencia hacia las mujeres con medidas asertivas y que marquen la pauta en todo el país; y tenemos que trabajar por todos los frentes para lograr el principal objetivo de la izquierda que es la igualdad. No hay cabida a titubeos somos de izquierda y somos la oposición del Gobierno priista”, puntualizó.
Se debe tomar conciencia sobre la actitud o criterio de “quienes se hicieron los distraídos” para no asistir a las unas; pese a ello, en la víspera, la campaña electoral de cada partido luchó en paralelo no solo contra sus similares, sino que su convocatoria fue tan pobre y nada atractiva que la ciudadanía, con su propia firmeza, no les hizo el menor caso, cuando pudo vencer a ese mítico monstruo de mil cabezas que se reflejó en un abominable abstencionismo, y en consecuencia, dañó el proceso electoral democrático participativo del cuarto quinquenio de este nuevo siglo.