México, 10 jun (PL) Entre los factores que explican los elevados niveles de contaminación en el Valle de México está el deficiente transporte público, en particular del Estado de México, asegura hoy un análisis del Centro Mario Molina.
Añade la investigación que apenas el 20 por ciento de las rutas del Estado de México responden a un esquema estructurado, mientras que en la Ciudad de México la oferta de servicio eficiente es del 80 por ciento.
A pesar de esa disponibilidad, más de la mitad de los viajes se realizan en microbuses operados por particulares, cuyo crecimiento es desordenado y con unidades con más de 20 años, altamente contaminantes y poca capacidad de traslado.
Así lo señaló el citado organismo que colabora con la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAME) y varias de sus propuestas fueron retomadas en el diseño de la norma emergente anunciada el pasado lunes.
Alerta el centro, dirigido por el premio Nobel de Química Mario Molina, que la estrategia para mejorar la calidad del aire en el Valle de México requiere medidas drásticas, algunas impopulares pero necesarias.
El estudio del Centro Mario Molina también se refiere al impacto en la contaminación de zonas donde las personas carecen de transporte público cercano, por lo que se ven obligadas a comprar autos, generalmente viejos.
Resalta la situación del Estado de México, porque menos del 15 por ciento de la población tiene cerca de su vivienda el transporte público, cuando en la Ciudad de México el porcentaje es de 40.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) recién publicó la Norma Oficial Mexicana de Emergencia (NOM-EM-167-SEMARNAT-2016) que establece límites de emisión de contaminantes más estrictos para vehículos que circulen en la capital y en algunos estados.
Dicha norma entrará en vigor el 1 de julio, con una vigencia de seis meses.
En el transcurso de este año la CAME declaró en ocho ocasiones la Fase I de Contingencia Ambiental en el Valle de México, al superarse los 150 puntos de ozono en la medición de la calidad del aire.
Deficiencias del transporte publico eleva los indices de contaminación en la Megalópolis
