Podemos analiza un gobierno conjunto con el PSOE luego de las elecciones en España

Madrid, 10 jun (PL) Persuadido de que no habrá mayorías absolutas, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, volvió a tender hoy la mano al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) para gobernar en coalición tras las elecciones del 26 de junio.
En declaraciones al canal televisivo Antena 3, Iglesias confió en que el PSOE prefiera un pacto con la agrupación emergente de centroizquierda antes de perpetuar en el poder al Partido Popular (PP), del conservador Mariano Rajoy.
Nos tendremos que entender para que pueda haber un gobierno de progreso, subrayó el secretario general de la llamada formación morada, quien aseguró a su par socialista, Pedro Sánchez, que no le pedirá un «cheque en blanco», sino arrimar el hombro.
Tras los comicios del día 26, Iglesias se mostró convencido de que tanto el PSOE como Sánchez estarán a la altura de ese momento histórico crucial y no permitirán que siga gobernando el PP.
Según su criterio, los votantes de la centenaria organización no consentirían que sus dirigentes se abstuvieran para favorecer la investidura de Rajoy a la presidencia del Gobierno español, en una hipotética votación en el Congreso de los Diputados.
Insistió en que la voluntad de Unidos Podemos -coalición electoral sellada entre Izquierda Unida (IU), Podemos y sus confluencias territoriales- es conformar un ejecutivo de coalición con los socialistas.
Iglesias se expresó en esos términos un día después que la encuesta del estatal Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) vaticinó que Unidos Podemos será la segunda fuerza más votada en las generales del 26-J, detrás del PP y por delante del PSOE.
El estudio del CIS, considerado el sondeo electoral más importante de este país, concede a la alianza de izquierda el 25,6 por ciento de los votos y un máximo de 92 diputados en la Cámara baja.
A 16 días de la nueva contienda, la indagación coloca a los socialistas en tercera posición, con 21,2 por ciento de los sufragios y 78-80 escaños, después de quedar segundos en las generales del 20 de diciembre, con 22,01 por ciento de respaldo y 90 legisladores.
El PP volvería a ser la agrupación más votada, con 29,2 por ciento de apoyo, frente al 28,7 por ciento alcanzado en diciembre.
Sin embargo, los conservadores obtendrían entre 118 y 121 asientos de los 350 del Congreso, contra las 123 bancas logradas el 20-D, alejándose así de una mayoría que le permita gobernar.
Como ya reflejaron las urnas hace casi seis meses, la formación liderada por Rajoy tendría que llegar a pactos con otros partidos si quiere conservar el poder, pues en ningún caso alcanzaría la mayoría absoluta, fijada en 176 butacas de la Cámara baja.
El partido centroderechista Ciudadanos se quedaría nuevamente en la cuarta posición y, aunque aumentaría en porcentaje de votos (de 13,93 a 14,16 por ciento), ganaría hasta 39 representantes en el Congreso, frente a los 40 que alcanzó el 20-D.
Analistas pronostican que los resultados del 26-J producirán otra vez una parálisis institucional, lo cual obligará a los partidos a negociar para constituir un gobierno multicolor, intento que ya fracasó en marzo con la fallida investidura de Sánchez.
De mantenerse el estancamiento político, España encararía una tercera elección en el último trimestre del año.

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