La Habana (PL).- Sin la sombra de un campeón capaz de desafiarlo, el serbio Novak Djokovic sepultó todos los fantasmas del pasado en la arcilla del Roland Garros para entrar al recinto sagrado de los ocho inmortales del tenis mundial.
Djokovic hizo historia al ganar su cuarto Grand Slam consecutivo, con un triunfo convincente ante el británico Andy Murray, para lograr el único título que le faltaba en su colección e ingresar así en el legendario grupo de jugadores monarcas de los cuatro «Majors» del circuito.
Una relación estrenada por el británico Fred Perry y secundada por los estadounidenses Don Budge y Andre Agassi, los australianos Rod Laver y Roy Emerson, el suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal.
El balcánico dejó atrás no pocos sinsabores en París. En total necesitó 12 participaciones para ganar la Copa de los Tres Mosqueteros, luego de tres dolorosas derrotas en finales, dos ante Nadal en 2012 y 2014, y una ante el suizo Stanislas Wawrinka el año pasado.
Además, Djokovic se convirtió en el segundo tenista en la Era Abierta en ganar los cuatro títulos mayores en fila, tras la odisea de Laver en 1969, aunque el australiano es el único que los conquistó en una misma temporada.
De momento, Djokovic iguala a Emerson con 12 títulos de Grand Slam y quedó a dos de Nadal y Pete Sampras (14), y a cinco del Federer, el recordista absoluto con 17.
Sin adversarios de su categoría en el horizonte inmediato, la primera raqueta del orbe apunta firme a los cuatro «Majors» de la campaña.
Federer, a los 34 años, está disminuido por una intervención quirúrgica en la rodilla derecha y una lesión en la espalda; Nadal pena con una lesión que puede ser crónica en su muñeca izquierda, y Murray, aunque lo venció en la final de Roma, no parece estar a la altura en los torneos que más interesan a Djokovic.
«Sin ser arrogante, en la vida todo es posible y ganar los cuatro títulos del Grand Slam en un mismo año, también», señaló «Nole» tras ganar en la Ciudad Luz.
Lo cierto es que el serbio ya figura entre los ocho magníficos, pero su apetito no tiene límites y ya mira de reojo el torneo olímpico, una de sus materias pendientes, para emular lo que sólo obtuvo la alemana Steffi Graf (en 1998): el Golden Slam, con los cuatro grandes y el oro en bajo la sombra de los cinco aros.
Djokovic también batió su propio registro de puntos en el ranking, al sumar 16 mil 950, y llegó a 202 semanas al frente de la clasificación profesional, la 101 consecutiva desde que comenzó una tercera etapa en el trono tras sustituir al español Rafael Nadal el 7 de julio de 2014.
Pronto cumplirá dos años seguidos al frente de la clasificación. Federer tiene el récord de 302 semanas, 237 seguidas.
En más temporadas como número uno final, Federer consiguió cinco, al igual que el estadounidense Jimmy Connors, pero el listón lo puso Sampras con seis, además consecutivas. Djokovic acumula cuatro (2011, 2012, 2014 y 2015).
MUGURUZA Y EL NACIMIENTO DE UNA ESTRELLA
En la rama femenina, la española de origen venezolano Garbiñe Muguruza pisó fuerte en la tierra batida de la capital francesa al estrenar su palmarés de Grand Slam.
Con gran determinación y competitividad, Muguruza, de 22 años, derrotó en el duelo decisivo a la estadounidense Serena Williams, número uno del mundo, para erigirse en la principal aspirante a ocupar el puesto de la norteamericana en el circuito profesional, que tarde o temprano, deberá dejar vacante.
La ibérica disputó en la Ciudad Luz su segunda final, tras la de Wimbledon del año pasado, pero entre ambas ocurrió una metamorfosis sorprendente. La joven temblorosa que sucumbió a la potencia de Williams sobre la hierba de Londres en 2015 dejó paso a una jugadora soberbia, segura de sí misma, dominante en la pista, que dictó el ritmo en la finalísima del Abierto francés.
Además, con el cetro parisino trepó del cuarto al segundo puesto del ranking y dejó en 21 el registro de Grand Slam de la menor de la Williams, campeona del Abierto de Francia en 2002, 2013 y 2015.
Tras el triunfo de la española, los medios franceses adelantaron el nacimiento de una estrella dentro de un circuito femenino, mucho más volátil que el masculino.
«Muguruza, el futuro es suyo», tituló el diario Lâ€ÖÉquipe, en un reportaje sobre la final de la justa parisina. «Es la nueva reina», subrayó el periódico Le Journal du Dimanche. «Nadie puede hablar de sorpresa», indica en el texto para recordar que Muguruza ya había batido a Williams en el Roland Garros-2014 y resaltó su ascenso al segundo puesto del ranking, justo detrás de la estadounidense.
«Soy una persona ambiciosa y de carácter. No me conformo con esto», reconoció la flamante monarca del Abierto de Francia.
Habrá que esperar para confirmar las sensaciones, pero Muguruza puede haber dado el salto hacia ese escalón en el que los tenistas dejan de pelear consigo mismos para luchar por los títulos.