- Ni a cuál irle; todos los políticos son iguales, dicen
Fiel a su polémico estilo, el lector de notas de radio y televisión Ciro Gómez Leyva, volvió a las andanadas de coquetearle a su “ex jefe” de Gobierno Andrés Manuel López Obrador, ofreciéndole un espacio en su informativo de Radio Fórmula, donde el político tabasqueño se aventó la puntada de presumir que en este 2018, “irá por todo…”
Sus reiterados enunciados en micrófonos de los medios de comunicación, hacen suponer que su partido, Morena, está más que crecidito, un tanto ventajoso, que desde ahora ya está cantando “victoria”, faltando más de dos años para las elecciones presidenciales del 18.
Sin embargo, la fortuna que tiene López Obrador es la de contar con sus paleros-francotiradores, y en ello, junto con el director de Milenio, el jesuita Carlos Marín, le hacen la comparsa haciéndole creer a la opinión pública que “son lo máximo del periodismo nacional”; empero, la vox populi acusa que estos dos “pobres diablos” de la comunicación electrónica, siempre han actuado en favor hacia dónde va creciendo la marea de la corrupción.
El grado de credibilidad de Ciro como de Carlos, su tendencia siempre ha sido de ir a menos, es decir, le venden un producto a la ciudadanía un tanto falso, se crecen porque tienen las poderosas herramientas de comunicación a su alcance, y no permiten que nadie, absolutamente nadie, se les interponga en su camino. Confabulan en contra de todos, a cambio de prebendas, afirman.
Están a favor del mejor postor, y los supuestos embutes que reciben son vía electrónica, dicen también los expertos financieros que utilizan estos mecanismos para “cuidar la imagen” de todos los personajes que son protagonistas del “teje y maneje” del virtualismo.
Los micrófonos que le ofreció Ciro al llamado líder de la mafia del poder de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, éste los utilizó de forma abierta, sin tapujos, sin concesiones, eran suyos porque así se le presentaron las circunstancias para aventar su sermón bajuno y que lo marca con una mancha del quehacer político mexicano.
La vanidad del líder del Movimiento de Regeneración Nacional, Andrés Manuel López Obrador, no tuvo parangón, toda vez que dijo que su partido irá solo en las elecciones del 18 para la Presidencia de la República.
¿Confianza? o forma parte de una posible derrota anunciada, porque Morena como tal, no ha sido una fuerza política que convenza al electorado radicado en la parte centro y norte de la República.
Se tiene que valorizar que la Plaza de la Constitución no es todo México, es la plazuela donde se han registrado sucesos de extraordinaria envergadura histórica, pero eso de llenar el Zócalo de mucha gente, no representa nada. Solo el vistoso montaje, pero más allá de lo que no lo es, ni qué pensarlo. Esa plazuela no es todo el país, ni un termómetro político.
En entrevista radiofónica con Ciro Gómez Leyva, el tabasqueño enfatizó que en los comicios del domingo 5 de junio de 2016, les “fue bien”, por lo que aprovechó la coyuntura del mediátismo al afirmar que “irán solos” (¿…?), ya que la alianza “de MORENA debe ser con los ciudadanos, eso es lo que vamos nosotros a seguir sosteniendo como nuestra postura política”, aclaró el también identificado jefe de la mafia del poder de la izquierda.
Y como dirían en aquel programa de Siempre en Domingo…, “aún hay más”…, el Peje-gorgojo presumió “humildemente” de forma aclaratoria que “no es pretencioso, no es soberbia, creo que sólo hay dos partidos en realidad, dos partidos en México: todos los demás y Morena”.
Ante la pregunta expresa de si van a realizar alguna alianza con algún otro partido, López Obrador fue contundente al citar: “¡No!”, a pesar de la baja votación obtenida en el norte del país por parte de MORENA, en cuyo territorio no es bien visto debido a que la mafia de la izquierda representa, para los empresarios, un serio peligro para México.
Morena creció como la espuma de la cerveza, pero así como sube, paulatinamente irá bajando ya que la sociedad no ve con buenos ojos a los morenos. Los considera que están en una “fuerza política” que aglutina a la basura de la política y que cuando llegan al poder, el enriquecimiento inexplicable, es descomunal.
La percepción de la sociedad atina que el Partido Revolucionario Institucional, a pesar de sus eventuales altibajos electorales, sigue siendo el padre de todos los partidos, y más para lo que le representa al Peje, ya que hay que recordar que fue un alumno rebelde del tricolor, siempre buscó imponer sus unilaterales criterios locuaces por encima de las mayorías priistas.
Pero como en el PRI no hay “tontos útiles”, esa mafia del poder del centro-derecha, decidió expulsarlo para siempre.
El pejecito se fue del partido de Insurgentes con la cola entre las patas, tan igual como ocurrió con Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, y muchos otros que mostraban el rostro del orgullo y una lejana mirada de hacerse justicia por su propia mano en contra de sus detractores.
Pero como el PRI sigue siendo el PRI, los colores del Revolucionario Institucional nunca han estado descoloridos a comparación de los del Partido de la Revolución Democrática, que en la capital del país, en la elección de 5 de junio, se observó que esta fuerza se ha ido desvaneciendo gradualmente, y a cómo van las cosas, podría ser remontado por los morenistas para la elección federal del 18.
El único problema de Morena es no contar con múltiples cuadros de profesionistas, uno que otro hay por allá entre su apelotonamiento humano que pudiera destellar; lo cierto es que Morena está integrado como un partido de las clases sociales más necesitadas y marginadas del desarrollo general.
No obstante a todo ello, López Obrador –el salteador de pozos petroleros-, ironizó al “aventar una mentira más” en su turbulenta carrera política: “Sí les (nos) alcanza para pelear por la presidencia”.
La perorata pejista no tardó mucho tiempo en salir. Rechazó en todo momento algún acercamiento con el PRD, Movimiento Ciudadano o el PT, y mucho menos con el PAN empresarial; insistió en que MORENA es la única organización política, ya que los demás están “al servicio de la Mafia del Poder (¡…glup…!)”.
“Partidos paleros”. No ve diferencia en Quintana Roo entre Carlos Joaquín y Roberto Borge ni entre Miguel Ángel Yunes y Javier Duarte (Veracruz); incluso, criticó al panista virtual ganador al gobierno de Chihuahua, Javier Corral del que dijo “actúa igual que todos los demás”.
Durante la entrevista, López Obrador mostró su talentoso rosario denostador. Descalificó a Ricardo Anaya, líder nacional del PAN al que describió como un “aprendiz de mafioso”, que “le ponen moco de gorila y lo engominan bien para hacerlo mediático”.
Más adelante, dijo que “no le preocupa la candidatura de Margarita Zavala”, porque “es la señora de Calderón, yo creo que no van a engañar a nadie”, incluso, dejó entrever que si a Margarita la hacen candidata presidencial, sería bueno porque no representa ningún peligro, y mucho menos un estandarte popular, por el contrario, es la representante de la mafia del poder de la derecha empresarial.
Al referirse a la derrota de su candidato David Monreal en Zacatecas, López Obrador acusó de ese descalabro electoral, a la misma “Mafia del Poder”. Subrayó: “Hay que tomar en cuenta el factor dinero (descubrió el hilo negro…), no sólo la guerra sucia. Yo te diría que el único partido que no compra votos es MORENA (…), y se puede probar.
El PRI, el PAN, la mitad de sus votos, si no es que más, son votos comprados. Así como te lo estoy diciendo de contundente”, espetó en los micrófonos del noticiario de Gómez, donde finalmente el tabasqueño se mostró complacido con los resultados en 10 delegaciones de la Ciudad de México, en donde dijo son “primera fuerza”.
Consultado sobre su rival directo para el 2018, López Obrador señaló que será “La Mafia del Poder”, (que) “siempre se ponen de acuerdo en contra de nosotros”.
Mediáticamente los nombró por sus apellidos: “Salinas, Fox, Calderón, Chong, etcétera”; y al preguntarle si Mancera y el PRD están en esta lista, jocoso dijo: “Hay nivelitos (…)”
En la víspera, López Obrador convocó a sus simpatizantes a un evento político en el Hemiciclo a Juárez, donde rindió un homenaje “a estos ciudadanos, que yo les llamo ‘solovinos bienamados’, que no son acarreados, son los que por su propio pie están participando, votando por un cambio”, concluyó a quien también califican sus calumniadores: “El lenguaraz”.
Al enterarse que los resultados finales confirmaron a Morena como partido mayoritario en relación a la conformación del Grupo Constituyente, el partido lopezobradorista manifestó su complacencia ya que se le asignaron 22 diputados constituyentes, al PRD 19, al PAN 7 y al PRI cinco. Votaron dos millones 145 mil 655 electores, que representa el 28.8 por ciento del padrón, según el Consejo local del Instituto Nacional Electoral (INE). Los votos nulos fueron más que los obtenidos por seis institutos minoritarios.
Mientras para unos es “fiesta nacional”, para otros la derrota electoral representa “duelo”. Los resultados de las elecciones del domingo 5 de junio comenzarán a desatar pugnas internas y reacomodos en las cúpulas de poder de los principales partidos políticos con miras a la sucesión presidencial del 2018.
La cabeza del sonorense Manlio Fabio Beltrones está por anunciar su separación como líder del PRI.
Por: Blas A Buendia