Washington, 17 jun (PL) La nave Juno sobrevolará Júpiter el próximo 4 de julio, cuando la sonda pase a cuatro mil 667 kilómetros (km) por encima de las nubes del mayor planeta del Sistema Solar, se conoció hoy.
Una vez en las puertas, Juno disparará su motor principal durante 35 minutos, colocándose en una órbita polar alrededor del gigante gaseoso para tratar de insertarse más allá de la oscura cubierta de nubes de Júpiter y estudiar sus auroras. Todo ello con el fin de conocer sobre los orígenes, estructura, atmósfera y magnetosfera del planeta, declaró la encargada del programa de la NASA sobre Juno en Washington, Diane Brown.
Ahora, la nave está preparada para ir más cerca de Júpiter de lo que cualquier otro objeto de este tipo lo haya hecho antes. Actualmente Juno se encuentra a 13,8 millones de km del planeta, añadió.
A decir de los astrónomos, el objetivo es buscar datos relacionados con una capa de hidrógeno que hay debajo de las nubes de Júpiter. Esta capa genera una presión que actúa como un conductor eléctrico.
La combinación de dicho hidrógeno metálico junto con la rápida rotación de Júpiter provoca un potente campo magnético que rodea al planeta con electrones, protones e iones viajando casi a la velocidad de la luz, señalaron.
Durante la vida útil de la misión, Juno estará expuesta a un equivalente de más de 100 millones de radiografías dentales, apuntó el director del proyecto en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, Rick Nybakken.
Cada sobrevuelo del planeta dura como un día de la Tierra.
La órbita de Juno se asemeja a un óvalo aplanado y se aproxima a Júpiter sobre su polo norte; luego desciende rápidamente a una altitud por debajo de los cinturones de radiación del planeta a medida que se dirige al sur.
Juno funciona con energía solar y tiene el tamaño de una cancha de baloncesto. Está repleta de cables eléctricos resistentes a la radiación y un blindaje que rodea sus sensores.
La armadura es una bóveda de titanio, la primera de su tipo, que contiene el ordenador de vuelo de la nave espacial y los corazones electrónicos de muchos de sus instrumentos científicos. Con un peso de 172 kilos, la bóveda reducirá la exposición a la radiación.