Refugiados y desplazados, la dura realidad que se vive día a día en Siria

Por Pedro García Hernández

Damasco, 20 jun (PL) Cada minuto, ocho personas dejan todo para huir de la guerra, la persecución o el terror y la mayoría tienen que elegir entre algo horrible o aún peor y esa frase, largamente difundida por el Mundo, es una realidad innegable.
A los sirios, sometidos a una guerra impuesta desde el 2011 y que sobredimensionó a límites incalculables las diferencias políticas, religiosas y sociales, les conmocionó como nunca antes la percepción de esos temas tras años de estabilidad social y tolerancia.
Todo el barraje mediático se concentró en destruir a un Gobierno que intenta sobrevivir sobre principios y que con más virtudes que defectos, respeta la estabilidad de su pueblo, el amor a la Patria y la convivencia.
«La estabilidad mundial se está cayendo a pedazos dejando una estela de desplazamientos de proporciones nunca vistas,» afirmó un día como hoy del año 2015 el Alto Comisionado de Naciones Unidas, Antonio Guterrez.
Tal criterio tiene actualmente una vigencia real y por encima de tergiversaciones, comprende, en el caso de los sirios, a casi 10 millones de personas, pero con la variante de que seis millones de ellos están desplazados dentro de su propio país.
Las cifras, manipuladas con intencionalidad política manifiesta pocas veces, toman en cuenta la posición de las autoridades sirias y que asumen internamente y con muy poca asistencia internacional, el papel de garantizarles la vida.
Medio millón de palestinos, casi tres millones de kurdos y otras minorías, recibieron por años un tratamiento social y político integracionista, con iguales derechos que los nacionales, y evitando exacerbar las diferencias religiosas.
En cinco años de guerra impuesta con el beneplácito y el respaldo de las potencias occidentales y los regímenes revanchistas y monárquicos de la región, Siria sufre hoy el intento de destrozar sus instituciones y socavar hasta la muerte las que un momento fueron condiciones sui géneris en el Levante desde el punto de vista de integración como nación.
«La tolerancia es un crimen cuando lo que se tolera es la maldad», afirmó en una ocasión el intelectual alemán Thomas Mann y tiene razón cuando eso es precisamente lo que primó en contra de Siria.
El terrorismo auspició la intolerancia, dejó de lado cualquier resquicio de paz y negociaciones con objetivos insanos de destruir minorías, acabar con los cristianos y desunir a los musulmanes en contra de los preceptos proclamados por el profeta Mahoma.
Refugiados y desplazados sirios vieron cómo la agresión externa aprovechó y exacerbó las discrepancias internas, arrasó cinco mil escuelas, destruyó más de 50 hospitales y provocó pérdidas económicas por más de 200 mil millones de dólares, según reconoció el propio presidente Bashar al Assad.
Cerca del 80 por ciento de los seis millones de desplazados internos viven actualmente en zonas controladas por el Gobierno central y que han duplicado o triplicado las poblaciones originales de localidades como Homs, Alepo, Hama, Latakia y la propia capital Damasco.
Barrios arrasados en Homs, Alepo o Damasco, por ejemplo, son inhabitables o sufren el aislamiento provocado por los grupos terroristas como Yarmuk, el que fuera mayor campamento para refugiados palestinos en Siria.
No hay dudas de los buenos oficios y las mejores intenciones del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, de los continuos esfuerzos por ayudar a por lo menos atenuar el drama.
La realidad, sin embargo, es brutalmente estremecedora, cuando esos conceptos chocan con el sabotaje premeditado de grupos terroristas como el Frente al Nusra o el Estado Islámico (Daesh, en árabe).
En cinco años de agresión y ataques desde todos los puntos de la geografía siria, más de 280 mil muertos y cerca de medio millón de heridos o inhabilitados físicamente, conforman el presente panorama de la que fue, en su mejor momento, la nación de mayor estabilidad social y política del Levante, digan lo que digan o manipulen, los propugnadores de la guerra.

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