- Clero Soliviantado
- Delincuentes Ad Hoc
- La Vivienda y peña
Sucede que, en México, nadie lee la Constitución más “parchada” en el mundo, tanto que las contradicciones afloran en el primer repaso con conceptos vagos o mal redactados que, de seguirse al pie de la letra, imposibilitarían, por ejemplo, que un mexicano hijo de sendos padres de la misma nacionalidad mexicana no pudieran acceder a la mancillada Presidencia de la República; si se sigue el artículo 82 como ahora se expresa este privilegio sólo corresponde a quien tenga un solo progenitor nacido en suelo patrio. Un barbarismo “constitucional” por su elevado rango jurídico.
Lo mismo sucede con el complejo artículo 130, vuelto a redactar al gusto de los salinistas “químicamente puros”, que norma las interrelaciones entre el Estado y las iglesias –no sólo la católica sino todas-, tratando de mantener l delgada línea entre la influencia política y las inducciones religiosas, de enorme trascendencia si consideramos que la radicalización condujo a la Cristiada deleznable por efecto de la cruzada entre fanatismos irreconciliables, el clerical, sí, pero también el jacobino de la clase gobernante que acaso aspiraban a no tener competencia con Dios.
En fin, desde hace semanas se recrudeció la “guerra fría” entre las jerarquías eclesiásticas y el régimen federal en curso. Claramente los miembros del Episcopado y hasta el Cardenal Norberto Rivera Carrera han declarado que, con seguridad, el PRI perdió las batallas del domingo 5 de Junio por obra y gracia del apoyo presidencial a los “matrimonios gays o lésbicos”, unas semanas antes de que la fobia hacia quienes tienen estas preferencia sexuales vivieran el horror en Orlando por parte, no del Estado Islámico como adelanté antes del pronunciamiento del presidente Obama, de las posturas extremas entre géneros y diversidades.
En cuanto a la violencia contra las mujeres, muchas veces se soslaya, como lo han explicado damas analistas liberadas de prejuicios, las afrentas contra los hombres a quienes se obliga a mantener una pasividad imposible cuando ellas se salen de sus casillas y ponen en riesgo la integridad no sólo del hogar sino de los hijos, sobre todo los más pequeños. Lo he vivido en carne propia y sé de lo que hablo; simplemente los varones, en este renglón, permanecemos en estado de indefensión de la misma manera como la ciudadanía poco puede hacer frente a la insolencia de las autoridades eclesiásticas quienes se dan el lujo de proteger a los peores vándalos: los pederastas. Y es tan grave que uno de ellos ya se ostenta como ganador de la contienda por la gubernatura de Veracruz… sin mayores impugnaciones. (Recuérdese que Andrés Manuel sólo defiende sus presuntas victorias y no la de sus militantes más leales, como en el caso de Cuitláhuac García Jiménez en Yuneslandia –la otrora querida Veracruz-, abandonado a su suerte).
En los hechos las sotanas –y lo dice este columnita quien es católico-, pesan más que la impunidad. A los pederastas, perfectamente identificados, que tanto han desprestigiado a los religiosos al generalizar sobre sus abyectos actos, se les protege en casas de reclusión en donde, al parecer, termina el “imperio” de la ley y comienzan los imaginados cantos angelicales. No pasan de allí ni en los casos en donde los altos jerarcas, digamos Onésimo Cepeda Silva, son denunciados por fraudes escandalosos y disposiciones mal habidas.
Lo anterior, lejos de ser un valladar para la expresión de las conciencias, ha significado, como sucede con el PRI en la política, un severo descalabro para la Iglesia con una feligresía mayor en nuestro país. Gran parte de la confianza se ha perdido entre la grey y sólo el llamado de Dios hacia el interior de cada quien mantiene erguidas las columnas de la fe; pero, en cuanto a los sacerdotes y los Obispos, el escepticismo es cada vez mayor y, es seguro, así lo perciben los purpurados y hasta los derechistas miembros de la Curia Romana.
De igual manera, por desgracia –me duele expresarlo-, no son pocas las desviaciones de los principales de la Iglesia a través de conexiones non santas. Monseñor Girolamo Prigione Pozzi, de quien fui amigo como expresé hace unos días con motivo de su fallecimiento en su querido Piamonte italiano, nunca explicó los verdaderos orígenes de la contaminada interrelación entre Emilio Carlos Berlié Belaunzarán –quien fuera obispo de Baja California y luego de Yucatán para apoyar al cacicazgo cerverista-, y los zares de la droga, los hermanos Arellano Félix, los cuales fueron llevados por él a la sede de la Nunciatura Apostólica en uno de los episodios más grotescos y pueriles del salinato rebasado. Y se fueron de allí como llegaron: en las sombras y sin intervención alguna de la autoridad judicial.
En una nación civilizada, esto es bajo el estado de Derecho, hubiese bastado este episodio para exigir la renuncia del presidente de la República y su gabinete entero además de la declaración de personan Non Grata para el representante de la Santa Sede; en México, lo contamos como si fuese una anécdota sin la menor consecuencia bajo el peso de las más atroces simulaciones.
El caso es que el clero católico, guiado por Obispos y Cardenales y quién sabe cuáles otras autoridades del Estado Vaticano, se rebeló abiertamente por el demagógico apoyo del señor peña nieto a las “minorías” –a lo mejor ya no lo son-, integrantes del copioso grupo de homosexuales, lesbianas, transvestis y transexuales. Y no sólo eso, insistieron que fue el factor determinante de la caída del PRI en siete entidades de las doce en fase de renovar gubernaturas –tres de ellas, las más cuestionadas, con alianzas grotescas y amorfas, en Veracruz, Durango y Quintana Roo-, aun cuando, curiosamente, el PRI sumó más votos que en los comicios anteriores: de tres millones trescientos noventa y ocho mil a tres millones ochocientos treinta y cuatro mil, medio millón más que no es poco. Estoy convencido que las lecturas al respecto son tan variadas como los intereses marcados.
Claro, la derrota fue priísta y los ganadores fueron los azules y la MORENA de López Obrador con una crecida de casi ochocientos mil votos para sentarse con un millón setecientos mil sufragios en las entidades con procesos electorales en este 2016. Pero no confundamos las cifras de acuerdo a los propósitos sectarios. Los números rebelan que las apreturas en los escrutinios, que dan paso por lo general a pequeñas desviaciones –los fraudes no sólo los comete la clase gobernante del priísmo; recuérdese a Puebla-, es el punto de no retorno para un peñismo repelente y situado ya en el banquillo. Y tal no se debe, de modo alguno, al debate sobre los imperativos de los “príncipes de la Iglesia”.
En fin, la controversia misma da pie a una severa irregularidad: la violación flagrante a la Carta Magna, en su artículo 130 fracción e, que dice:
“Los ministros (de culto) no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de un candidato, partido o asociación política alguna. Tampoco podrán en reunión pública, en actos del culto o propaganda religiosa, ni en publicaciones de carácter religioso, oponerse a las leyes del país o a sus instituciones, ni agraviar, de cualquier forma, los símbolos patrios”.
Basta repasar el párrafo anterior para conformar que la Iglesia católica, de nueva cuenta y por decisión unilateral, decidió nuevamente situarse por fuera del ordenamiento superior por su guerrilla en contra de la comunidad lésbico-gay, a la que consideran antinatural en un universo propenso a la diversidad sexual. El comunista considera que la ausencia de tolerancia ha sido por parte de los religiosos a cambio de una excesiva manga ancha de las autoridades a los excesos de los llamados “gays” quienes se caricaturizan a sí mismos en los carnavales públicos sin el menor respeto para los infantes y también los mayores que no coinciden con tales exhibiciones. ¿O deberemos salir en paños menores para exigir los derechos de los heterosexuales? Sólo eso nos falta.
La Iglesia ha planteado mal su querella desde su vetusto oscurantismo. Y con ello va perdiendo la pelea por amplio margen. Porque, ante todo, está obligada a preservar las leyes más que ninguna otra corporación. En este pulso se quebró el brazo como tantos se luxan las manos antes de salir a las calles.
Debate
Lista de delincuentes mayores que son intocables y exhiben la demagogia rampante del señor enrique peña nieto:
- Cada uno de los ex presidentes del país cuyos saldos negativos son cobrados a los mexicanos, en su conjunto, mientras ellos devengan pensiones altísimas que no merecen por cuanto a sus contubernios, sobre todo los últimos mandatarios hasta el presente quien encabeza el sexenio de la barbarie.
- Los líderes sindicales cuya amoralidad salta a la vista. Esta secuencia comienza con el repulsivo Carlos Romero Deschamps, de los petroleros, cuyos privilegios e invulnerabilidad política –tiene fuero-, es bastante mayor a la que ostentó el legendario Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, fallecido casi en olor “a santidad” y venerado por su pequeña elite de aduladores pero ya sin la adoración de su gremio. También anotamos al abyecto Víctor Flores Morales, de los ferrocarrileros sin trenes, cuya leyenda se forjó a punta de mujeres de la vida galante y de pistolas al cinto con sus guaruras repelentes, entrando así a la Cámara tantas veces como quiso.
- Los empresarios cómplices rodeados de privilegios y con gran capacidad para la manipulación. Digamos Germán Larrea o Alberto Baillères, próceres de la entrega de la minería a los canadienses en la conflictiva zona de Iguala en donde la esclavitud renace como signo de los sexenios recientes, vende-patrias.
- Los verdaderos cabecillas del narcotráfico, disfrazados de políticos, y los grandes cómplices del contrabando de armas –un elemento de verdadero riesgo-, presididos por el lagunero Jaime Camil Garza, socio de los cuatro últimos mandatarios del país.
Empiece con estos, señor peña, antes de inventarse querellas contra los dirigentes magisteriales incómodos. (Y no los exculpo aunque me parece un entramado oficioso y grotesco).
La Anécdota
Cuando dicen que el presidente de las reformas no consensuadas se propone impulsar a la vivienda no son pocos quienes tiemblan:
-“Esperemos que el proyecto no sea dotar de residencias, como las casas blancas, a cada uno de sus parientes encumbrados e intocables”, escucho en los corrillos cercanos a la Presidencia en donde, por cierto, ya parecen haberse cansado de recibir los golpes que el huésped perentorio de Los Pinos genera.
Al tiempo.
Para el gobierno es muy sencillo, con toda su capacidad operativa,
cambiar lanzas por rosas artificiales al amparo de la prensa mercenaria.
Esto es convertir en rufianes a quienes luchan y en personajes históricos, del presente,
a cuantos se confabulan contra México.